El discurso de la oposición
En el blog artepolítica el Escriba, con su habitual lucidez, habla de la pertinencia para la oposición de inclinarse hacia la consolidación de una posición de derecha o centro derecha para atraer votos en el escenario político actual. Cosa que se puede ver acá, y acá.
La idea que nos transmite el Escriba sobre lo que debería hacer la oposición puede resumirse con este párrafo (la negrita es propia):
Es brillante. Sin embargo, reclama una posición ¿y una sinceridad? dentro del espectro político vernáculo que no suele ser moneda corriente. Si bien, acuerdo en tanto petición de principios, lo veo difícil por cuanto no hay mucha sinceridad en la oposición.
Creo que se puede expresar una idea similar pero por izquierda, antiperonista pero desde la izquierda. Veamos. Pienso que, a la luz de las últimas elecciones presidenciales donde el FAP quedó segundo, incluso hasta con más fuerza que la oposición de derecha (como lo es el PRO o el peronismo disidente, aunque no lo digan), es posible pensar que un abordaje discursivo desde la izquierda, y antiperonista (cosas compatibles desde lo testimonial) puede ser más efectivo y pragmático que un discurso de centro derecha. Creo que sólo así podrían acercarse el FAP, Pino, la UCR, el PRO y el peronismo disidente. Obviamente apostando a un respetable resultado electoral, que a este paso no aparece como fácil.
La idea que nos transmite el Escriba sobre lo que debería hacer la oposición puede resumirse con este párrafo (la negrita es propia):
"Es decir, muy queridos míos: [la oposición debe] decidirse a ser de centroderecha sin ningún tipo de vergüencita, lo cual, en la Argentina de hoy no te sirve para ganar, pero sí te tiene que servir para acumular un núcleo de votos que, me parece, puede ir del 20 al 30 si lo hacés bien. O sea: esto implica, por ejemplo, dejar de lado las dos consignas principales que quieren mostrar hoy, que son "no a la re-reelección" y "contra la inseguridad", que son consignas "de centro". Y en lugar de eso animarse a expresar lo que muchos quieren expresar. ¿Y qué es? Una agenda neta de centro derecha. Que quieren dólares, que no quieren controles del Estado, que no quieren empresas del Estado, que no están de acuerdo con la no represión de la protesta social, que no están de acuerdo con una política de seguridad que no hace centro en lo represivo, que no están de acuerdo con la Asignación Universal por Hijo, que no están de acuerdo con los nuevos jubilados de la moratoria previsional, que no están de acuerdo con que los salarios en la Argentina sea costosos de pagar, que no están de acuerdo con que los alumnos de escuelas públicas reciban netbooks a cambio de nada. Expresar bien claramente que, a diferencia del 2001, cuando se juntaron con "los de abajo" porque tenían "miedo de caer" ahora a lo que le tienen es miedo a que "los negros" de "abajo" lleguen a subir mucho más."
Es brillante. Sin embargo, reclama una posición ¿y una sinceridad? dentro del espectro político vernáculo que no suele ser moneda corriente. Si bien, acuerdo en tanto petición de principios, lo veo difícil por cuanto no hay mucha sinceridad en la oposición.
Creo que se puede expresar una idea similar pero por izquierda, antiperonista pero desde la izquierda. Veamos. Pienso que, a la luz de las últimas elecciones presidenciales donde el FAP quedó segundo, incluso hasta con más fuerza que la oposición de derecha (como lo es el PRO o el peronismo disidente, aunque no lo digan), es posible pensar que un abordaje discursivo desde la izquierda, y antiperonista (cosas compatibles desde lo testimonial) puede ser más efectivo y pragmático que un discurso de centro derecha. Creo que sólo así podrían acercarse el FAP, Pino, la UCR, el PRO y el peronismo disidente. Obviamente apostando a un respetable resultado electoral, que a este paso no aparece como fácil.
Es decir, una oposición que nos diga: que el dólar se va a controlar pero sólo para los más grandes actores, para la clase media va a haber: que existirán los controles del Estado como hasta ahora pero apretando más al grande y menos a la clase media, que se evaluará cada empresa del Estado y según su eficiencia (sobre costos) se analizará si queda o no en poder del Estado -ni todas ni ninguna-, que la protesta social no se va a reprimir como primera medida pero que se dialogará con los actores para que no lleguen al punto de perjudicar otros actores con su protesta, que al mismo tiempo que se cuida los lazos familiares para prevenir el delito se penará con fuerza a quienes realizan actos delictivos, que la asignación universal no será clientelar como hasta ahora (?), que se pagará el 82% de jubilaciones, que se va a devaluar para mejorar la oferta pero sin afectar el poder adquisitivo de los trabajadores (?), que se puede ser inclusivo sin necesidad de ser nacional y popular.
No digo que las anteriores premisas sean ciertas o factibles. Está claro que son premisas para ganar, para agrupar en el desorden, del mismo orden que la "revolución productiva" menemista. Digo, sí, que son más electoralistas que las de centro derecha. Y además estas premisas podrían integrar a toda la oposición; algunos porque realmente lo creen (ponele un Lozano, aunque se obsesione en no demostrarlo) y otros porque son cínicos y nos les importa nada con tal de ganar.
Creo que es el debate que debe darse la oposición. Mientras tanto, por suerte no son gobierno, y esperemos que nunca lleguen ¿se imaginan al momo Venegas como Ministro de Agricultura conviviendo con un Lozano en Desarrollo Social? ¿y a Estebán Bullrich en Educación, o Sturzzenegger en el BCRA? Mamita.
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