Violencia en el fútbol: cero puntos
Cuando el fútbol llega a "policiales" o a "política" algo no está en su lugar.
Ayer perdió Instituto, lo cual festejé como hincha de River, no sin odiar a Aguilar que me hizo festejar un triunfo de Boca versión B.
Pero eso no nos trae por acá. Sino esto: la barra de Instituto apretó a los jugadores. Cero gloria.
Lo cual es folklore en el fútbol local. Sin embargo, quería plantear una idea que siempre sostengo en bares y demás antros dónde se pueda hablar de esto: cada vez que se pueda demostrar que una barra brava cometió un crimen, o un ilícito, hay que sacarle puntos al equipo titular.
Y decía que soy de River, para demostrar que me parece más importante arreglar este tema, antes que mi equipo ascienda (la barra brava de River ha matado gente recientemente, además de penar a los responsables, deberían sacarle 20 puntos al equipo). Incluso si tiran una piedra desde la tribuna algún punto debería descontarse (si se puede demostrar que era un hincha de verdad del equipo). En el medio de ambos ejemplos extremos, todo. Es preciso generar consciencia social.
Está todo bien con las barras que tocan el bombo y hacen ruido (en la cancha o en un acto político), pero no con la violencia. Es muy hipócrita separar el fútbol de los delitos que se cometen en nombre de éste, fuera del campo de juego. Se podrá decir que las dificultades existen porque muchos dirigentes políticos también se relacionan con barras. Bueno, eso también debería penarse: ¿cómo un representante del pueblo le va a pasar plata a señores que ejercen violencia? Empecemos a complicar estas cuestiones, nadie diec que se conseguirá de un día para otro.
Por supuesto, que trabajar este tema requiere del Estado. De un plan integral. De su intervención para proteger dirigentes, avalar las acciones de contención a las barras en función de su disolución definitiva, y, en última instancia, defender un espectáculo que es de todos. El objetivo es que dejen de existir las barras bravas tal y como las conocemos.
Ayer perdió Instituto, lo cual festejé como hincha de River, no sin odiar a Aguilar que me hizo festejar un triunfo de Boca versión B.
Pero eso no nos trae por acá. Sino esto: la barra de Instituto apretó a los jugadores. Cero gloria.
Lo cual es folklore en el fútbol local. Sin embargo, quería plantear una idea que siempre sostengo en bares y demás antros dónde se pueda hablar de esto: cada vez que se pueda demostrar que una barra brava cometió un crimen, o un ilícito, hay que sacarle puntos al equipo titular.
Y decía que soy de River, para demostrar que me parece más importante arreglar este tema, antes que mi equipo ascienda (la barra brava de River ha matado gente recientemente, además de penar a los responsables, deberían sacarle 20 puntos al equipo). Incluso si tiran una piedra desde la tribuna algún punto debería descontarse (si se puede demostrar que era un hincha de verdad del equipo). En el medio de ambos ejemplos extremos, todo. Es preciso generar consciencia social.
Está todo bien con las barras que tocan el bombo y hacen ruido (en la cancha o en un acto político), pero no con la violencia. Es muy hipócrita separar el fútbol de los delitos que se cometen en nombre de éste, fuera del campo de juego. Se podrá decir que las dificultades existen porque muchos dirigentes políticos también se relacionan con barras. Bueno, eso también debería penarse: ¿cómo un representante del pueblo le va a pasar plata a señores que ejercen violencia? Empecemos a complicar estas cuestiones, nadie diec que se conseguirá de un día para otro.
Por supuesto, que trabajar este tema requiere del Estado. De un plan integral. De su intervención para proteger dirigentes, avalar las acciones de contención a las barras en función de su disolución definitiva, y, en última instancia, defender un espectáculo que es de todos. El objetivo es que dejen de existir las barras bravas tal y como las conocemos.
Comentarios
Esos delincuentes están enredados con los mismos dirigentes, jugadores, técnicos y empresarios con los que comparten oscuros negociados. Y ni hablar de las fuerzas políticas que los convocan para oficiar de punteros.
Es complejo. Y hace falta valentía en la Justicia para investigar a fondo y encarcelar a quien deba.
Te invito a leer lo que escribí al respecto en mi blog: http://www.cerromercedario.com/2012/05/la-pelota-se-mancha-en-argentina.html
Saludos.