Techint - Siderar - Estado: la regulación
Sobre la discusión establecida respecto de la participación del Estado en los directorios de las empresas se me ocurren un par de cosas. La pregunta que motiva este post es qué puede/ debe hacer el Estado.
Rocca finalmente estuvo hablando sobre el tema, y criticó la posible participación del Estado en la empresa, además de sostener que están dispuestos a comprar las acciones. Respecto de esta situación particular se sugiere ver el capítulo V de la Ley N° 24.241, referido a las inversiones de los fondos.
El tema se puede separar en dos. Y esa es la razón de ser de este post.
1. Por un lado, la participación del Estado en las empresas merece que celebremos, como siempre, un Estado activo, presente, buscando lo mejor para los intereses que representa, que son los intereses del conjunto y no de alguien o un grupo en particular, como fue durante los noventa. Es legalmente pertinente que quien posee acciones de una empresa participe en sintonía con ellas en su directorio, y cuide sus propios intereses.
2. En segundo lugar, por otro lado, la capacidad de regulación del Estado sobre la economía y el mercado. Y en este sentido no importa la participación en las empresas, importa el poder político del gobierno para consolidar un Estado regulador.
1. Respecto del primer punto es fundamental que un accionista fuerte tenga una presencia que le haga cuidar sus intereses, que suelen ser exclusivamente rentísticos. En el caso puntual de el Estado como accionista ocurre algo muy interesante, su interés no es exclusivamente rentístico (si así lo fuera no habría conflicto en la situación actual con Siderar). El interés del Estado es reproducir el sistema, esa reproducción puede ser repulsiva de los sectores trabajadores (como en la dictadura y los noventa) o puede ser inclusiva. Actualmente es inclusiva, y por eso sobrevienen numerosos conflictos con el poder económico, por el lugar que se le otorga o sectores tantos años postergados.
La presencia del Estado en los directorios de las empresas es conflictivo, como en el caso con Siderar, pero no porque se trate de uno o varios directores (según el porcentaje de participación) sino porque el director propuesto (Kicillof en lugar de Ferrer) manifestó una lógica distinta a la de su antecesor. La lógica de velar por los intereses del Estado, en tanto conjunto social, y no en tanto exclusivamente como accionista privado. Es justo, es el interés de este accionista. Si una empresa quiere fondearse en la bolsa que se banque la pelusa.
El punto aquí es que el Estado ahora podría postergar un beneficio rentístico en función de un beneficio social y económico superior. Y esto le duele a Siderar, por supuesto, porque la burguesía nacional no existe en la Argentina. El Estado iría a hacer de Estado y no de accionista común. Es decir, las decisiones de la empresa van a tener una tensión inédita hacia la responsabilidad social. ¿Por qué haría esto? Porque hoy el Estado tiene identidad, tiene un rol que cumplir para todos y no para alguno/s en particular.
2. Lo anterior no es lo mismo que exigirle a la empresa que siga las normas y regulaciones vigentes. La regulación se hace desde el Estado hacia la economía o el mercado, no desde dentro del mercado. Es fundamental, en términos amplios pensar en esta regulación, porque ésta es la que le confiere su forma al mercado y permite que no haya abuso de posiciones dominantes, que haya lealtad comercial, precios justos y razonables, competencia, que se eviten las fallas del mercado y se oriente la actividad hacia donde estratégicamente se define que es mejor para la nación en su conjunto, incluyendo a todos los sectores sociales en el ingreso de la economía.
Siderar no es una empresa que brinda servicios públicos (donde existe cierto marco regulatorio), pero sí es una empresa que se encuentra en un sector estratégico para la economía argentina, por tanto la regulación de este sector es fundamental, y eso no se hace desde dentro sino desde fuera, desde el Estado en acción, desde las normativas que sanciona el Estado.
En conclusión
Corresponde ver las dos aristas del tema. Atravesamos un momento donde el Estado dejó de estar ausente. Y en el camino por marcar su presencia, después de varias décadas de ausencia y connivencia con los sectores económicos más fuertes, el Estado tiene que usar todos los dispositivos disponibles para marcar la cancha.
Son siglos en los que la Argentina no pudo construir una sociedad igualitaria sin el peligro de un golpe de Estado. Hoy el Estado tiene que utilizar toda la fuerza que legitimamente posee si quiere cambiar para siempre esta situación. Si queremos un Estado con un rol sólido en la puja por la justicia social, debemos cambiar las instituciones que cristalizaron en su interior años de luchas sociales asimétricas, porque es el único camino para institucionalizar el cambio: cristalizar en todos los niveles institucionales del Estado una lucha social que cada vez es más pareja entre los más postergados y los ganadores de siempre.
Comentarios
Porque en la ley de sociedades los directores se eligen por mayoría. El estado, con el 5% o el 30% de los votos no contaba con los suficientes para imponer el propio.
¿Si el directorio tiene 4 miembros o más (11 entiendo que tiene en este caso), no le corresponde representación a quien tiene un 25% de acciones o más?
www.cnv.gov.ar/InfoFinan/BLOB_zip.asp?cod_doc=147978&error...