Más Estado para un mejor mercado. Inversión Pública Nacional.

La inversión tiene un rol fundamental para el crecimiento de la economía. Detrás de la inversión existe una expectativa de crecimiento futuro, por eso se invierte: para crecer. La inversión permite una mayor producción y competitividad de la economía; además es fundamental destacar que detrás de una inversión para aumentar la capacidad instalada es altamente probable que se tome más trabajo. Y el círculo virtuoso sigue porque crece la demanda agregada, y el aumento de consumo presiona a una mayor oferta y a nuevas inversiones.

Lo anterior tiene sentido si el Estado cumple un rol de conducción del mercado, sino el círculo virtuoso se rompería por lo más delgado: el espíritu empresario argentino.  Pero si el Estado promueve la inversión productiva, promoviendo la sustitución de importaciones, fomentando el consumo interno, impidiendo el aumento indiscriminado de precios, otorgando facilidades para que el sector privado tome créditos, estableciendo dispositivos contra las posiciones especulativas, entre otras.

El rol del Estado en la economía cambió notablemente en los últimos 8 años (ver como un ejemplo la línea verde en el gráfico debajo). Ahora el Estado tiene un papel central en la orientación del crecimiento, estableciendo las reglas para que ese aumento de los ingresos nacionales se reflejen en el desarrollo social y la distribución equitativa del ingreso. Ya no es el mercado el que orienta y asigna los recursos, sino que es el Estado el que promueve el mercado y pauta la asignación de recursos. Más Estado para un mejor mercado. Más Estado para que no sea el agente privado más fuerte el que imponga condiciones.

El gobierno a cargo del Estado, desde 2003, apartó de la mesa de negociación a los privados, pero no los dejó afuera de los beneficios. Las empresas tienen una rentabilidad inusitada. No obstante las grandes empresas no están conformes: no les gusta no estar en las decisiones de políticas, no les gusta haber perdido ese poder, ese dominio sobre el Estado.

En este post, que no es tan ambicioso (como de costumbre), se busca mostrar la evolución de la inversión pública nacional como ejemplo de un Estado que participa activamente en el crecimiento económico, y que incluso en las épocas de crisis sus acciones resultan contracíclicas. Esto último es de vital importancia a la luz de lo que se hizo desde el Estado en otras recesiones mundiales que afectaron el país. Esto último muestra que el gobierno actual materializa en la realidad el concepto de cambio, y eso tiene que ver con el bienestar social: un mercado interno reforzado e impermeable (dentro de lo posible) a las presiones externas. El ejemplo de 2009, entonces, es otra bisagra fundamental para argumentar a favor del rol del Estado nacional y sepultar la atrasada hipótesis del viento de cola.

Con datos del Ministerio de Economía y Finanzas, se construyó el siguiente gráfico que muestra la evolución de la inversión pública nacional, en base al presupuesto nacional. Si se quiere ver información consolidada y extra-presupuestaria de la inversión pública total se puede ver el Informe 2003-2009 y el Informe 2010 de la Dirección Nacional de Inversión Pública.

 Gráfico: inversión pública nacional (click para agrandar)

Lo más interesante para ver en el gráfico anterior es la evolución de la inversión pública nacional* en la IBIF, que muestra claramente el aspecto contracíclico de la participación del Estado durante 2009. Asimismo, es preciso destacar el "despegue" de la línea verde a partir de 2003. Lo demás queda a interpretación de los lectores.

(* Como ejemplo se utilizaron los gastos de capital del sector público no financiero base caja, por ello puede no coincidir con los agregados que se utilizan en los informes citados, donde la inversión pública contabilizada es mucho mayor)