Profundizar en tiempos de crisis
Una nueva etapa emerge en la Argentina. Un desafío que requiere mucha atención por parte de todos: funcionarios, militantes, grupos sociales o de interés y la población en su conjunto. ¿De qué desafío hablamos? De un Estado que se sumerge en la puja distributiva incluso en épocas de crisis. De un Estado dispuesto a establecer la estructura social, económica, cultural y legal de una sociedad más justa y equitativa, incluso durante una crisis internacional que afecta la economía local y el desarrollo interno.
Poner la lupa en la estructura financiera cuya normativa es de la época de la dictadura es pensar en el cambio. En este sentido, leemos una nota en Tiempo Argentino sobre qué leyes hacen falta cambiar para pensar la profundización del modelo, click acá para ver la nota.
Distintas medidas fueron realizadas estas semanas. ¿Acaso alguna de estas medidas serían un paso hacía el regreso de un statu-quo anterior? ¿Tiene sentido pensar que detrás de una medida que refuerza 8 años de gestión pueda sobrevenir un resultado que marque un paso atrás? ¿Puede pensarse que estas medidas son para en el mediano plazo perjudicar a quienes cobran la AUH? La verdad que no parece.
Más bien, el sentido común indica que las medidas tomadas, bajo el contexto de crisis actual, es para sostener el cambio (y el tipo de cambio, también) en tiempos de crisis. Lo cual no es fácil. Y va a plantear nuevos desafíos.
El mascarón de proa, como dijimos en otro lado, de la liquidación de divisas (por parte de petroleras y mineras) marca una primera pauta: el cambio se produce a favor de los sectores relegados. Eso es profundizar un sentido que sintetizó al conjunto de las acciones estructurales que implementó el gobierno desde 2003.
Y una segunda: el cambio pensado para la inclusión es mucho más difícil de visualizar, de plasmarse en la realidad social, en épocas de crisis económicas (aunque estas crisis sean internacionales y no se sientan con todo su peso en el ámbito doméstico).
Por tanto, cabe pensar que este tiempo se deberá atacar las cuestiones que normativa y estructuralmente impiden avanzar sobre un camino de inclusión y bienestar social, pero sin cambios materiales de corto plazo. Se trata de una inversión en términos de desarrollo económico y social, con características novedosas: si el crecimiento no es "chino" en el corto plazo es posible que las medidas se sientan más en los sectores acomodados que deberán atender nuevas normativas, que en los sectores que se busca beneficiar con esas mismas medidas.
En las crisis normalmente la brecha de la desigualdad se expande. Más allá de que la Argentina esté muy fuerte frente a la crisis internacional, nada sabemos acerca de cómo impactará. Proteger las conquistas de igualdad social, requiere medidas para que el comportamiento de los que más tienen, no perjudique la distribución del ingreso alcanzada hasta aquí.
Profundizar con crisis no es fácil, pero sin dudas a la salida de la crisis serán evidentes los cambios sociales. ¿Acaso no va siendo hora que empecemos a hablar de la existencia de un cambio estructural para la construcción de una Argentina más justa?
Poner la lupa en la estructura financiera cuya normativa es de la época de la dictadura es pensar en el cambio. En este sentido, leemos una nota en Tiempo Argentino sobre qué leyes hacen falta cambiar para pensar la profundización del modelo, click acá para ver la nota.
Distintas medidas fueron realizadas estas semanas. ¿Acaso alguna de estas medidas serían un paso hacía el regreso de un statu-quo anterior? ¿Tiene sentido pensar que detrás de una medida que refuerza 8 años de gestión pueda sobrevenir un resultado que marque un paso atrás? ¿Puede pensarse que estas medidas son para en el mediano plazo perjudicar a quienes cobran la AUH? La verdad que no parece.
Más bien, el sentido común indica que las medidas tomadas, bajo el contexto de crisis actual, es para sostener el cambio (y el tipo de cambio, también) en tiempos de crisis. Lo cual no es fácil. Y va a plantear nuevos desafíos.
El mascarón de proa, como dijimos en otro lado, de la liquidación de divisas (por parte de petroleras y mineras) marca una primera pauta: el cambio se produce a favor de los sectores relegados. Eso es profundizar un sentido que sintetizó al conjunto de las acciones estructurales que implementó el gobierno desde 2003.
Y una segunda: el cambio pensado para la inclusión es mucho más difícil de visualizar, de plasmarse en la realidad social, en épocas de crisis económicas (aunque estas crisis sean internacionales y no se sientan con todo su peso en el ámbito doméstico).
Por tanto, cabe pensar que este tiempo se deberá atacar las cuestiones que normativa y estructuralmente impiden avanzar sobre un camino de inclusión y bienestar social, pero sin cambios materiales de corto plazo. Se trata de una inversión en términos de desarrollo económico y social, con características novedosas: si el crecimiento no es "chino" en el corto plazo es posible que las medidas se sientan más en los sectores acomodados que deberán atender nuevas normativas, que en los sectores que se busca beneficiar con esas mismas medidas.
En las crisis normalmente la brecha de la desigualdad se expande. Más allá de que la Argentina esté muy fuerte frente a la crisis internacional, nada sabemos acerca de cómo impactará. Proteger las conquistas de igualdad social, requiere medidas para que el comportamiento de los que más tienen, no perjudique la distribución del ingreso alcanzada hasta aquí.
Profundizar con crisis no es fácil, pero sin dudas a la salida de la crisis serán evidentes los cambios sociales. ¿Acaso no va siendo hora que empecemos a hablar de la existencia de un cambio estructural para la construcción de una Argentina más justa?
Comentarios