2012: La nueva etapa política y económica de la Argentina
Pasaron más cosas en el último mes que en todo el año 2011, en términos de cuestiones referidas al orden macroeconómico, político y social de la Argentina.
En efecto, a la salida de las elecciones de octubre que dieron ganadora a la presidenta, y le aseguraron la continuidad hasta 2015, reapareció la capacidad de iniciativa del kirchnerismo en el gobierno nacional. El gobierno dejó de leer los diarios, un acto natural en un período electoral, y volvió a tomar la iniciativa para que los diarios escriban sobre sus acciones. Todo indica que los cañones apuntan a profundizar el modelo o al menos a sostener la fuerza del Estado para ello. Es verdad que el Estado está más fuerte que nunca; en 2009 tuvimos un adelanto de esto: se pueden enfrentar shocks externos sin que disminuya el bienestar social. Por otro lado, profundizar con crisis no es fácil, ya lo dijimos.
El gobierno actual es sobre todo un gobierno que construye un Estado pragmático. Pero el pragmatismo no es un adjetivo que se pueda poner en el aire, es pragmático en función de algo, en función de un objetivo. El Estado argentino tiene un objetivo amplio: la igualdad social. Si las cuentas del Estado se ven afectadas de alguna manera, profundizar en la equidad del gasto y los ingresos es parte de esa necesidad: un Estado fuerte para la inclusión, donde los que menos tienen no financien a los que más tienen (por eso no puede haber déficit fiscal -financiero- y endeudamiento) y donde el gobierno mantenga su capacidad para hacer política con autonomía de los intereses dominantes (autonomía pero con diálogo, más conocida como "autonomía enraizada" por los colegas).
Gráfico: evolución del PBI per cápita real.
Leemos en los diarios de siempre, notas que buscan confundir, que buscan interesadamente cualquier ordenamiento fiscal que favorezca indiscriminadamente a todos los sectores. Y sabemos que cuando el Estado no discrimina, el agente económico más grande del mercado (o del sector específico en cuestión) es el que se va a encargar de discriminar: por precios, por normas de calidad, por plazos de pagos, por tipo de proveedores, por tamaño de las empresas, por competitividad y productividad.
En los últimos 8 años de gobierno el PBI per cápita, en términos generales (crecimiento), aumentó un 232% (promedio de los dos primeros trimestres de 2011 en comparación con el promedio de los dos primeros trimestres de 2003), pero en términos específicos también aumentó gracias a las mejores en la distribución del ingreso y su impacto en otras variables sociales (desarrollo). Con un salario en términos reales que creció casi un 90% en ese mismo período, sumado a aumentos en el empleo total, y en la proporción de empleo registrado.
Entonces no se trata de la caja del Estado como dicen en esas notas interesadas (Pagni, en La Nación), o mejor dicho: se trata de la caja del Estado porque a través de ella se puede discriminar con políticas, beneficiando al que menos tiene, llevándole subsidios, mejoras, servicios públicos. Porque la caja del Estado (para usar las palabras de estos alfeñiques) es para el Estado, y el Estado es para todos. Un Estado para la inclusión debe discriminar en sus gastos y en sus ingresos a los que más tienen de los que menos tienen, pero con el pragmatismo de encontrar el momento político pertinente para cada cosa, tomando la iniciativa. Este gobierno está construyendo el Estado con más legitimidad de la historia argentina.
La nueva etapa política y económica de la Argentina nos encuentra en el momento de la verdad, con una presidenta consciente de sus convicciones y dispuesta a llevarlas a cabo, luego del apoyo popular del 54%, un apoyo popular que cabe comprender fue para eso. Es posible que durante 2012 asistamos a nuevas crispaciones, a nuevas rivalidades entre el campo y la industria, entre los que más tienen y un Estado inclusivo.
Todo indica que 2012 será un gran año, sino en términos de profundización (porque se reduce el crecimiento general) será en términos de consolidación (que es una forma de profundizar cualitativamente, institucionalizar, a través de la acción política).
En efecto, a la salida de las elecciones de octubre que dieron ganadora a la presidenta, y le aseguraron la continuidad hasta 2015, reapareció la capacidad de iniciativa del kirchnerismo en el gobierno nacional. El gobierno dejó de leer los diarios, un acto natural en un período electoral, y volvió a tomar la iniciativa para que los diarios escriban sobre sus acciones. Todo indica que los cañones apuntan a profundizar el modelo o al menos a sostener la fuerza del Estado para ello. Es verdad que el Estado está más fuerte que nunca; en 2009 tuvimos un adelanto de esto: se pueden enfrentar shocks externos sin que disminuya el bienestar social. Por otro lado, profundizar con crisis no es fácil, ya lo dijimos.
El gobierno actual es sobre todo un gobierno que construye un Estado pragmático. Pero el pragmatismo no es un adjetivo que se pueda poner en el aire, es pragmático en función de algo, en función de un objetivo. El Estado argentino tiene un objetivo amplio: la igualdad social. Si las cuentas del Estado se ven afectadas de alguna manera, profundizar en la equidad del gasto y los ingresos es parte de esa necesidad: un Estado fuerte para la inclusión, donde los que menos tienen no financien a los que más tienen (por eso no puede haber déficit fiscal -financiero- y endeudamiento) y donde el gobierno mantenga su capacidad para hacer política con autonomía de los intereses dominantes (autonomía pero con diálogo, más conocida como "autonomía enraizada" por los colegas).
Gráfico: evolución del PBI per cápita real.
Leemos en los diarios de siempre, notas que buscan confundir, que buscan interesadamente cualquier ordenamiento fiscal que favorezca indiscriminadamente a todos los sectores. Y sabemos que cuando el Estado no discrimina, el agente económico más grande del mercado (o del sector específico en cuestión) es el que se va a encargar de discriminar: por precios, por normas de calidad, por plazos de pagos, por tipo de proveedores, por tamaño de las empresas, por competitividad y productividad.
En los últimos 8 años de gobierno el PBI per cápita, en términos generales (crecimiento), aumentó un 232% (promedio de los dos primeros trimestres de 2011 en comparación con el promedio de los dos primeros trimestres de 2003), pero en términos específicos también aumentó gracias a las mejores en la distribución del ingreso y su impacto en otras variables sociales (desarrollo). Con un salario en términos reales que creció casi un 90% en ese mismo período, sumado a aumentos en el empleo total, y en la proporción de empleo registrado.
Entonces no se trata de la caja del Estado como dicen en esas notas interesadas (Pagni, en La Nación), o mejor dicho: se trata de la caja del Estado porque a través de ella se puede discriminar con políticas, beneficiando al que menos tiene, llevándole subsidios, mejoras, servicios públicos. Porque la caja del Estado (para usar las palabras de estos alfeñiques) es para el Estado, y el Estado es para todos. Un Estado para la inclusión debe discriminar en sus gastos y en sus ingresos a los que más tienen de los que menos tienen, pero con el pragmatismo de encontrar el momento político pertinente para cada cosa, tomando la iniciativa. Este gobierno está construyendo el Estado con más legitimidad de la historia argentina.
La nueva etapa política y económica de la Argentina nos encuentra en el momento de la verdad, con una presidenta consciente de sus convicciones y dispuesta a llevarlas a cabo, luego del apoyo popular del 54%, un apoyo popular que cabe comprender fue para eso. Es posible que durante 2012 asistamos a nuevas crispaciones, a nuevas rivalidades entre el campo y la industria, entre los que más tienen y un Estado inclusivo.
Todo indica que 2012 será un gran año, sino en términos de profundización (porque se reduce el crecimiento general) será en términos de consolidación (que es una forma de profundizar cualitativamente, institucionalizar, a través de la acción política).
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