El FMI y el poder financiero sentados en la mesa de casa

Me revienta un poco, sólo un poco (un poco bastante), que alguna casa, que el bienestar de alguna familia, dependa de lo que decidan estos tipos (que viven maravillosamente bien).


Lagarde dijo, por allí, que "Es el momento de avanzar en el consumo, incluyendo el aumento de los ingresos de los hogares".


Gracias Lagarde. Ahora que vos habilitaste todo va a estar bien en el mundo. Por favor. ¿Antes no se podía pensar en el aumento de los ingresos de los hogares? 


Por suerte vivo en la Argentina y hace varios años que no importa lo que diga el FMI. Se hace lo que es mejor para el país, con sus problemas, con sus propias limitaciones estructurales -políticas, sociales, culturales y económicas-, pero con medidas que se orientan a la convivencia de todos los sectores mientras se fortalece un piso que sube más rápido que el techo. 


Si la Argentina no hubiera (re)conquistado su soberanía política ni su independencia económica, ¿recién por estos tiempos el FMI nos permitiría organizarnos para el bienestar el todas las familias?


El FMI atraviesa una época de cierta esquizofrenia entre la evidencia de la realidad y su rol de lobbysta fundamental del capital financiero transnacionalizado. Si buscarán soluciones reales dejarían de meterse en las economías emergentes del mundo, esa es la mejor solución: no influir. 


Santos desendeudamientos oportunos, Batman. 

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