¿Por qué lo obvio es tan complejo?
Fuente: elaboración propia en base a datos del CEI (click para agrandar) |
¿Por qué parece tan complicado explicar qué pasó con el electorado en las últimas primarias (P.A.S.O.)?
¿Cuáles pueden ser las mejores variables para explicar el poderosísimo apoyo a Cristina Fernández de Kirchner en las últimas elecciones?
¿Cómo sigue?
Se pueden señalar, desde la subjetividad de este blog, las siguientes variables para explicar el resultado de las PASO:
- Las expectativas: cuánto mejores sean éstas sobre el futuro más fuerte será la voluntad de que las cosas se mantengan tal como están.
- El consumo privado suele ser una variable importante, aunque no puede medirse en términos aislados de las demás variables.
- La noción ampliamente difundida de que el bienestar social, y la macroeconomía, dependen ciertamente del gobierno nacional. El modelo de acumulación, garantizado por el Estado, configura la articulación de actores social con mucho poder sobre el resultado en el bienestar social, la intuición social sobre este factor se verifica en las urnas en cada elección.
- El crecimiento de la economía, y el del producto per cápita también cumple un rol (ver gráfico al inicio de este post) fundamental, alcanzando un pico histórico medido en dólares corrientes. Esta variable es interesante pero también debe leerse en conjunto con otras variables vinculadas con el desarrollo social, sino el crecimiento de unos pocos se promedia en todos y confunde la mirada de conjunto.
- El crecimiento del trabajo registrado, y el crecimiento productivo en todas las provincias.
- El rol del Estado en la construcción de una nación con un renovado hincapié en el tejido productivo nacional, en el afecto y en la solidaridad social, con mejores indicadores de participación de los jóvenes, de trabajo, de igualdad social, de bienestar social, de innovación tecnológica, de dignidad social, de derechos humanos, inclusión, educación, salud, vivienda, seguridad y, nuevamente, expectativas sobre el futuro.
- La sensación de que la pobreza, la indigencia y el desempleo están cada vez más lejos de la sociedad, también promueve este apoyo. Lo cual iría en sintonía con la porción de voto cuota que de vuelta existe.
Un modelo como el actual sólo puede debilitarse desde un renovado peso político de los actores sociales o económicos que han perdido poder en las decisiones que toma el Estado (cabe destacar que perdieron poder pero no rentabilidad, más bien todo lo contrario, ver el caso de las expresiones de Biolcati). Un escenario poco factible en estos tiempos. Todo indica que el proyecto nacional y popular que hace hincapié en la profundización del modelo tendrá finalmente esa oportunidad desde octubre gracias a la fuerza de la mayoría de la población Argentina que lo apoya.
Y esa profundización tiene como principal objetivo hacer permanente lo circunstancial, hacer institucional lo que se consiguió gracias a la fuerza de dos líderes políticos que ya se ganaron lugares protagónicos en los libros de historia. La institucionalización del cambio es el desafío de los próximos años: convertir en ley los cambios por decreto, profundizar la matriz productiva con mayor valor agregado para sus productos finales, mejorar la calidad de las exportaciones, mejorar los circuitos de transferencia de recursos entre el campo y la industria, mejorar los indicadores salariales, bajar aún más la pobreza, la indigencia, mejorar los indicadores de educación, vivienda y salud, seguir mejorando la jubilación, controlar incluso más que ahora a la inflación, seguir mejorando la promoción de la demanda, profundizar la garantización de la seguridad social, encontrar los caminos para que la armonía de clases esté institucionalizada disciplinando al capital y al trabajo en su forma de peticionar frente a las autiridades, disciplinar asimismo al Estado para que los gobiernos futuros no retrocedan en las conquistas logradas por este gobierno, consolidar un cambio cultural en la manera que se concibe al Estado y a la distribución del ingreso, profundizar la batalla cultural por un sentido común inclusivo, entre otras cuestiones centrales.
Todo esto es posible. Pero es más probable cuanto más poder tenga quien tenga voluntad de hacerlo. El inmenso poder que en los noventa tuvieron los actores de la especulación financiera y el gobierno cómplice de ellos sólo se puede revertir con más poder. Apostar al balanceo de poder en este momento, estando de acuerdo en un todo con las políticas actuales es un despropósito de cierta ingenuidad política, es darle lugar a los actores reaccionarios que naturalmente se asocian a la oposición. Es confundir el punto de partida con el de llegada. Lo importante es que el gobierno que consiga ese poder sepa usarlo en función de consolidar un cambio de manera permanente. Que lo trascienda.
Actualmente no sólo la Argentina atraviesa un auge económico, también atraviesa un auge político: que se refleja en la fuerza de la presidenta (como reza la propaganda). Se ha recuperado la política. Consolidar este auge implica no sólo consolidar la economía, sino también el poder político para sostener en el tiempo el cambio.
Octubre es una gran oportunidad, pero sobre todo es un desafío. Para todos.
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