Un contraste para pensar: nación - ciudad

Voy a tratar de decir lo menos posible, porque la imagen es contundente. Sólo describo lo que veo por si alguno no entiende bien la foto.

Aquí se ven dos pibes. Uno, en un cartel de ANSES, de la Asignación Universal por Hijo, una política integral del gobierno nacional. El otro en un cartel de Mauricio.

Los dos forman parte de un país inclusivo. Los dos, posiblemente, estén mejor que hace unos años atrás. Pero mientras de un lado tenemos una de las razones fundamentales para concretar esta inclusión, del otro le dicen que es bienvenido como si no estuviera dentro (quizá no lo esté para las autoridades de la ciudad).

Quiero decir que el Estado tiene una obligación con los pibes y jóvenes. La obligación de incluirlos porque forman parte, porque están dentro, viven aquí como cualquier otro, porque de ellos es la Argentina. Ni la Argentina, ni la ciudad tienen felpudos de "bienvenidos" porque todos somos la Argentina o la ciudad. En todo caso nuestros hermanos latinoamericanos son bienvenidos.

El gobierno de la ciudad no tiene autoridad para decirles bienvenidos, tiene la obligación de otorgarles los servicios y derechos que les corresponden a todos los ciudadanos. El Estado nacional está reparando un pasado con décadas de errores, mientras que el Estado de la ciudad, atrasa. Mientras la nación integra e incluye en la búsqueda de mayor igualdad social, el gobierno de la ciudad focaliza, estigmatiza y simula una bienvenida al excluido.

Está a la vista.