El juego del parlamento. La sanción del presupuesto.

Es curioso. El parlamento en este momento refleja una situación social dada en buena medida por lo ocurrido durante 2008 y 2009. Sin embargo, no pareciera representar exactamente los intereses sociales o la intención electoral de 2010 proyectada a 2011, lo cual ocurre considerando, en efecto, todo lo ocurrido política y económicamente desde las elecciones de 2009.

Y es este parlamento, que para mí entonces no representa adecuadamente a la sociedad argentina actual (más el hecho no menor de que estamos en un sistema presidencialista), el que cuenta una oposición que le discute al ejecutivo su principal instrumento de gestión: el presupuesto. Es absolutamente atendible el juego que se da en el parlamento. De eso se trata la política. Pero también son atendibles las estrategias de cada bloque o sector.

Las estrategias parecen estar sobre la mesa; especialmente si consideramos que el principal artífice de las más interesantes sorpresas políticas era Néstor Kirchner. Por tanto, es de esperarse que si el PEN no puede lograr la sanción de su presupuesto, observe o vete la ley de presupuesto 2011. Si esto es correcto, la oposición debería negociar mínimamente algunos puntos del presupuesto 2011 hasta donde sea posible antes del veto (eso sería una oposición responsable). Dado que no sería gratuito tampoco para el gobierno tener que vetar la ley de presupuesto el límite antes del veto puede ser sagazmente empujado. Si la oposición fuera inteligente y responsable negociaría dentro del tablero de juego. Si los fines electorales de la oposición son más importantes que la gestión del Estado y sus consecuencias para el país, presenciaremos la sanción de un presupuesto adverso para el gobierno.

Pero esto último, de darse, sería bajo un diagnóstico equivocado por parte de la oposición: el diagnóstico que esa acción suma electoralmente. Cuando, por el contrario, todo indica que lo mejor que puede hacer el grupo A es sancionar el presupuesto del PEN y después esperar que un nuevo escenario producido por errores internos o shocks negativos  externos les den pie para criticar las acciones del gobierno a pesar de que ellos hicieron todo lo posible por allanarles el camino.