¿Productividad sobre ruedas? Cúpido motorizado

Es interesante ver a modo de botón de ejemplo, cómo resulta la performance actual o contemporánea del sector automotor en la Argentina.

Esta industria automotriz puede caracterizarse muy rápidamente como altamente innovadora, sin ser líder en ello, con cierta cantidad de inversión en I+D en sus casas matrices, en la Argentina el sector es exclusivamente multinacional. Suele ser deficitario en devisas dado que importa más de lo que exporta. Ya que en promedio, de cada auto que se produce, por lo menos el 70% proviene de la importación.

Entre 2003 y 2015 el saldo negativo del sector fue en promedio anual en divisas alrededor de 3900 millones de dólares. Aunque entre 2012 y 2015 ese promedio anual, negativo, es alrededor de 5000 millones de dólares. La novedad es que entre 2016 y 2017, el saldo negativo de divisas, proyectado, anual, estará en cerca de 7000 millones de dólares.

Vamos a los datos.

Primero un cuadro que analiza el cambio actual que operó en el sector. Puede verse que mejoraron las ventas pero no las exportaciones o la producción nacional respecto de 2015. Subieron las importaciones.


A continuación se muestran datos que nos interesa mucho poner en discusión. La idea es que la productividad, medida en autos producidos, por empleo del sector mejora ciertamente al mejorar la cantidad producida de autos.

Con lo cual, cualquier estrategia de productividad debe apuntar, en una de sus patas, a mejorar la oferta. Pero esto requiere de un diagnóstico serio: la mejor forma de mejorar la oferta es generando demanda para el sector. Esto intuimos, vale para cualquier sector.

La mejor forma de crear productividad es mejorando la demanda, que promueve la oferta, y eso repercute en más empleo y salario y no en menos. Cabe poner estas ideas en la mesa de discusión de una reforma laboral que supone va a mejorar la productividad (según decía el Ministro Triaca) bajando los costos de la mano de obra, lo cual sólo sirve para profundizar ganancias empresarias de un sector que aprovecha el tipo de cambio bajo para importar o remitir utilidades. Eso se suele solventar con deuda, y a la larga, con impuestos.

Bajar los costos eventualmente puede mejorar la competitividad, pero ello no tiene sentido si redunda en menos unidades producidas ya que el mejor promotor de productividad y competitividad es la escala, que en este sector tiene un rol crucial.



El mejor momento en producción por empleo fue en 2011, cosa que coincide con el pico de cantidad de autos (autos y utilitarios en esta estadística) producidos, y con un buen momento en el salario real de los trabajadores (después aumentó otro poquito).



Pensar la producción nacional, requiere un análisis integral que, por supuesto, deberá incorporar las cantidades producidas.

Comentarios

Alcides Acevedo dijo…
Che, te dejo un link para que pienses:
https://oecdecoscope.wordpress.com/2016/03/22/brazil-a-tale-of-two-industries-or-how-openness-to-trade-matters/

En México la productividad es de 53 vehículos por trabajador al año, en Brasil 27... ¿de cuánto era en Argentina?

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