Diez puntos: Elecciones y Estado reparador e inclusivo

Estaba viendo, casi como sin querer, que en la Argentina se otorgan 3,3 millones de Asignaciones Universales por Hijo (AUH) y Embarazo. Además de estos chicos y embarazadas, las familias beneficiarias son casi 1,8 millones. Punto uno.


Que no suban la cantidad de chicos beneficiarios, tiene que ver con que no aumenta el desempleo. Punto dos.

Hoy la AUH para protección social es un monto de $340 por beneficiario. Se cobra 80% cada mes ($272) y se acumulan todos los 20% para fin de año contra comprobante de escolaridad y salud. Esto equivale a decir que ningún pibe vive con menos de $10 por día en la Argentina. Punto tres.
(Post sriptum: el 22 de mayo de 2013 se anunció un aumento de la AUH de un 35%, que resulta en $460 por mes, el 80% de ese número es $368.)

Pero no es el único seguro que otorga el Estado para protección social. Hay varios otros, como el Seguro de Capacitación y Empleo y el Programa Jóvenes Más y Mejor Trabajo, el Plan de Empleo Comunitario y el Inter zafra, la Prestación por Desempleo, el Programa REPRO y las Pensiones no contributivas por invalidez y para madres de 7 o más hijos, a lo que cabe sumar jubilaciones de las personas que no completaron los aportes. Punto cuatro.

Las cuentas que quería transmitirles son más o menos las siguientes: hay alrededor de 6 millones de personas que son alcanzadas por el beneficio (suponiendo que la mayoría de los titulares son madres solas). Aproximadamente de 2,5 millones de personas fueron jubiladas sin haber completado los aportes, siendo amas de casa. Además existen cerca de 1 millón de personas beneficiarias de pensiones no contributivas (vejez, invalidez o madres de 7 hijos). Hasta acá hemos acumulado un número aproximado a 10 millones de personas alcanzadas por beneficios que brinda el Estado, un 25% de la población argentina. Punto cinco.




En los cuadros anteriores puede observarse que las regiones que mayores necesidades tienen son las del NOA y NEA. Dentro de eso sobresalen Chaco y Santiago del Estero. En la otra punta, la CABA es la jurisdicción que menos AUH y embarazo precisa. Punto seis. 


La distribución por edad aparece con un renovado interés: ahora hay pibes que reciben AUH que votan. El cuadro anterior muestra la distribución por edad a agosto de 2012. Siendo conservadores, este año van a votar en las nacionales por lo menos 800.000 pibes que recibieron o reciben la AUH (todos los que tenían 15 o más en 2010 más los que tenían 15 o 16 en agosto de 2012). Punto siete.

¿Qué tendrá que ver este análisis con las elecciones? Pues bien, todo. Mucho más por cuanto gran parte de la oposición critica el gasto público en general y la AUH en particular. La AUH no sólo es un subsidio personal, también es reparación de años en los que el Estado destruyó el tejido productivo nacional (una suerte de indemnización por hacerse cargo de años de disciplinamiento social con exclusión ejercidos por el Estado) y, lo más importante, inyección de recursos en la economía real que promueven el círculo virtuoso de aumentar la demanda agregada, presionar por más oferta e inversión, generación de trabajo... Punto ocho. 

De este modo, más de 5 millones de personas (algo así como un 18% del padrón electoral) en edad de votar han recibido o reciben algún beneficio del Estado por protección social, cosa que con otro gobierno no habría ocurrido. Muy posiblemente una alta proporción de estas personas no votará por el oficialismo, o no votará (detalle: alta proporción para mí es -irónicamente- más del 1%), cosa que es exclusiva responsabilidad del oficialismo, por no llegar claramente a estas personas o no saber comunicar correctamente para ellas el diagnóstico y las decisiones del gobierno. El aumento del trabajo también es responsabilidad del Estado. Punto nueve. 

El gobierno se mantiene rígido en la decisión de transferir recursos constantemente a los sectores vulnerables y a la economía real. Porque pan para hoy es pan para hoy, en el futuro estamos todos muertos. Se pueden discutir muchas cosas, y admitir errores de todo tipo en la gestión gubernamental. Pero la centralidad está dada por estas acciones, y a esto se opone la oposición partidiaria y mediática (aunque a veces simulen otra cosa), por eso tiene sentido que sigan perdiendo. Y por eso tiene sentido que el Estado siga generando más y mejores formas de llegar a toda la población, porque la consolidación de este Estado, interventor, fuerte, transfiriendo recursos equitativamente, depende de este gobierno. Punto diez. 

Comentarios

Norberto dijo…
El otro día, y en razón de una publicación de Artemio sobre el perfil de edades de los votantes, sin tener en cuenta fidelidades económicas, veía que el 30% de los votantes tiene menos de treinta años, y el 50% menos de cuarenta, de los menores de treinta podemos suponer que un 60% tienen afinidad con el gobierno mientras que en el 20% de los de treinta a cuarenta, sólo el 30% y de los mayores posiblemente el 40%, eso daría una elección con el 44% de votos para el gobierno, nada mal para elección de medio término, en el caso de que los mayores sean sólo el 30%, tampoco estaría mal porque estaríamos en el 39%, pero si tomamos una intermedia podríamos hablar del 42%, algo interesante si la dispersión de la oposición es grande por el sistema de asignación de bancas.
Nunca menos y abrazos.
Hache dijo…
Santas suposiciones Norberto, ¿cómo hiciste los cálculos? Supongo que son digitales, como los míos: cinco dígitos oscilantes... Ja. No, algo de eso hay, eh. Supongamos que el gobierno baja 15 puntos desde 2011 (en 2009 bajó 14), la oposición sigue dividiendo sus % entre varios, ¿por qué? Porque no somos Venezuela: acá hay mucha gente en el medio. Abrazos

Post más populares

¿Cómo se calcula el impuesto a las ganancias (cuarta categoría)?

Privatizaciones en la Argentina, triste historia de los 90s

Necesidades básicas insatisfechas (NBI) por provincia

Las provincias: calidad de vida de su población. Una comparación

Gráfico de Deuda Externa Pública Argentina

Si el barco llega entero no lo van a poder hundir

Un techo para mi país. Críticas.

Ferrocarriles: pasado, presente y futuro

Carrera de salarios y precios, en el paisaje de los relativos

Algunas tapas de Clarín