Llega a mi casilla de email...

Llega a mi casilla de email un texto de Eduardo Di Cola (con quien en algún momento, hace ya unos lustros, tuve el gusto de trabajar).

Empieza a partir de acá.


Primer Presidente que desconoce al congreso

MACRI DE ESPALDA A LA REPÚBLICA 

Elude el debate

                                             Por: Eduardo Di Cola*


Desde 1983 a la fecha todos los Presidentes necesitaron en forma inmediata, sin solución de continuidad, recurrir y convocar al Congreso de la Nación para sus primeras medidas, a la vez de sentar las bases de lo que sería su futura gestión.

- Alfonsín a días de asumir  convocó a sesiones extraordinarias para tratar una serie de proyectos de ley sobre cuestiones que consideraba fundacionales. Lo eran referidos a derechos humanos, modificación de código militar, Plan Alimentario Nacional, modificaciones al Código Penal entre otros.

- Menem toma posesión de su cargo e inmediatamente envía para su tratamiento lo que sería un pilar de su gobierno como fue la Ley de Reforma del Estado que es promulgada diez días después, el 18 de julio de 1989. 

- De la Rúa jura e inmediatamente convoca a sesión extraordinaria a partir del 13 de diciembre de 1999 para tratar leyes referidas a modificaciones impositivas, contrabando, lavado de dinero, evasión, etc.

- Al asumir Duhalde el Congreso había prorrogado su periodo de sesiones ordinarias. Envía inmediatamente dos  proyectos fundamentales y cinco días después se sancionaba la derogación de la Ley de Convertibilidad  y posteriormente la de Pesificación Asimétrica.

- Néstor Kirchner aprovechando que el Congreso estaba en su periodo de sesión ordinaria mediante cadena nacional pide a Diputados y Senadores se active el juicio político a la Corte. En tanto sesenta días después ya era ley la Nulidad de Obediencia Debida y Punto Final.

- Cristina Kirchner pese a encarnar la continuidad de un proyecto que al momento de asumir su primer mandato ya tenía cuatro años y medio de desarrollo, convoca a sesiones extraordinarias a partir del primero de febrero para tratar  la Ley de Nombre para que los hijos lleven el apellido del padre y madre, modificaciones al Código Penal referidos a delitos de robos de niños, pornografía infantil y prostitución, sobre transferencia progresiva de juzgados penales a la ciudad de Buenos Aires, entre otros.
Incluso cuando asume su segundo mandato convoca a sesiones extraordinarias hasta el 31 de diciembre de ese año para tratar distintas materias impositivas, la ley sobre propiedad de tierras en manos de extranjeros, el de Papel Prensa declarando de interés  la fabricación y distribución de papel para diarios, etc. 

En síntesis, como no puede ni debe ser de otra manera todos los Presidentes en forma inmediata apelaron al Congreso convocándolo incluso a sesiones extraordinarias si la época del año así lo exigía. (1) 
A pesar de haber asumido con el discurso del respeto a las instituciones y en una coyuntura que según sus propias afirmaciones demanda de medidas urgentes, Macri es el primer Presidente constitucional  que expresamente manifiesta que no convocará a sesiones extraordinarias del Congreso. Si tomamos en cuenta que el periodo de sesiones ordinarias comienzan en marzo del año próximo, nos encontramos que en sus primeros, más importantes y fundacionales ochenta días de gestión, Macri desiste del instrumento republicano por excelencia,  y del ámbito natural de debate y diálogo como son las cámaras de Senadores y Diputados de la Nación.  
Esta actitud dispara algunas inquietudes muy preocupantes.
Mintieron hablando de una crisis y urgencia que no existe, o aún no saben qué hacer, o van a tomar medidas ignorando al Congreso al margen de la República, evitando un debate que se les hace muy difícil de sostener por la dirección que le imprimirán a su gestión y a los intereses que van a defender.
En los próximos días los hechos nos darán la respuesta. 
De todas formas debo reconocer que no está dicha la última palabra. Aunque Macri en este tema fue explícito al afirmar que no convocará a sesiones extraordinarias no podemos descartar que cambie de opinión. En tan poco tiempo ya lo hizo tantas veces ...

(1) Por Art. 63 de la Constitución Nacional solo el Presidente de la Nación puede convocar a sesiones extraordinarias del Congreso.

                                                                                       *Ex Diputado Nacional
 


Terminó en la última línea anterior. Contundente.

Comentarios

Tilo dijo…
La raíz de esta cuestión tan extraña, tan inadecuada para un gobierno que proclamó a los cuatro vientos las virtudes del respeto a las instituciones, es que en realidad ese cacareado respeto LE IMPORTA UN REVERENDO BLEDO.

No hay más que analizar muy superficialmente las declaraciones de Oscar Aguad quien, muy suelto de cuerpo expresa que "Una ley del Congreso no puede limitar la capacidad del presidente". ¿Qué te parece, Cholito?

O lo manifestado por Prat Gay que ya solicitó las respectivas autorizaciones ante la embajada del imperio por las medidas económico-financieras que el resto desconocemos. Y que, de paso, se descolgó con que "las cosas no estaban tan mal, después de todo."

No es que se trate de algo preocupante o inesperado. La DERECHA, es así. Siempre fue así. Sólo lo que favorezca a sus intereses será tenido en cuenta. TODO LO DEMÁS será combatido y eliminado por los medios que sean menester.

Empezamos con DNU, seguimos con un apagón informativo, no vaya a ser cosa de que los giles se enteren de lo que realmente sucede. Y cuando comiencen a asomar las consecuencias de las medidas adoptadas, se perseguirá por medio de denuncias en la prensa hegemónica inmediatamente respaldadas por el poder judicial cómplice a todo el que ose manifestarse "en contra de las instituciones de la Patria", entreteniendo de paso a los abombados que miran el dedo en lugar de lo que el dedo señala.

Acto seguido, entra en escena la REPRESIÓN. Incluso, con el auxilio de las FFAA, "reserva moral de nuestra nación" a fin de sacar del medio a esos SUBVERSIVOS que osan atentar contra las instituciones. Y asegurar así el espíritu de nuestra argentinidad que "jamás debimos abandonar", "tradición, familia y propiedad", sarasa, sarasa, sarasa, sara ....

Y listo. Cartón lleno.

Ah ... me olvidaba. ¿No querés un globito, che? Dále, que se están desinflando.

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