Predicciones revisitadas

A continuación les pego un post viejo (una selección), del 16 de diciembre de 2015.

El interés de este post está dado en que permite revisar en parte la capacidad de predecir de las ciencias sociales, expresadas a través de mis (no tan claro que sean muchos) conocimientos al respecto.

 

Impacto de una devaluación en la Argentina de 2015


Primero, me cubro un poco: está claro que la economía argentina no podía sostener este nivel de actividad y redistribución del ingreso (con altos salarios en dólares) sin endeudarse, porque el flujo de dólares no alcanzaba para sostener el nivel de importaciones que demanda un alto nivel de actividad (dada nuestra estructura productiva). Es verdad que el nivel de actividad no estaba creciendo mucho, sino que estaba amesetado (desde 2011), es verdad que con tan alto nivel de redistribución (jubilaciones cada vez más altas, AUH cada vez más altas, bajo desempleo, etc) el nivel de inversión e innovación baja considerablemente. Todas verdades que no alcanzan a justificar ninguna medida que destruya empleo, salario e ingresos. La justificación es política, y siempre se puede hacer otra cosa.

Todo tiene niveles, todo se negocia, como ya dijimos muchas veces, en economía todo tiene su frazada corta, y cómo se resuelva (quién queda tapado y quién no) es una decisión política, que se toma desde el Estado, en base a cierta realidad estructural, con mayor o menor éxito, hegemonía o consenso.

Dólar
Una devaluación implica un salto en el precio de la divisa, y una depreciación en la moneda local.  O sea, que se precisan más pesos para comprar un dólar. O bien, el Estado otorga más pesos por cada dólar.
Sacar el cepo, empuja a una devaluación, porque de hecho el cepo es un cerrojo para no devaluar y controlar el precio de la moneda, controlando precio por falta de cantidades. De hecho el problema de fondo del cepo es que se mantenia el precio del dólar que se le daba a los exportadores en el oficial (los importadores felices, salvo por el hecho que también se controló esa disponibilidad de divisas), sosteniendo cierta distribución del ingreso.

Precios
Los precios de productos que se vinculan con el exterior siguen el cambio en el precio del dólar en la misma proporción. Hay atenuantes o agravantes. Si no hay una demanda agregada interna sólida puede que el traspaso a precios (pass-through) de una devaluación sea menor, si la demanda es más fuerte va a tender a ser en el mismo nivel. Si hubiera retenciones móviles o si se instalaran nuevas retenciones este salto se puede moderar (porque quedan en otro escalón). La lógica es que los precios de los productos que se exportan van a tender a estar adentro al mismo precio final que se logran ubicar afuera (porque los bienes toman el precio de afuera, cosa que también debe vincularse con los saldos). Con las importaciones es más claro: lo que se compra afuera vale más en pesos, ergo ante un cambio en el precio en moneda local, aumentan. Los primeros precios en ser afectados son alimentos y energía, con mucha permeabilidad de los precios del exterior.

Nivel de actividad
Por lo dicho arriba, el nivel de actividad interna tiende a bajar en el corto plazo, dado que los precios son más altos al mismo nivel de ingresos (si la devaluación no le gana a precios, salarios e ingresos, su impacto dura mientras sí les gane). Es decir con precios locales reales más altos, se compran menos bienes y servicios, se reduce la demanda, se aplaca el consumo, se requiere menos trabajo, se reducen los ingresos totales, baja el consumo y se entra en un espiral vicioso. No es cierto que mejorar ganancias mejore el nivel de inversión, para que esto ocurra debe haber un mercado donde colocar la producción. Menor nivel de actividad resulta en menos impuestos, en una menor recaudación pública y en un ajuste desde el Estado. En el caso actual esto se profundizará porque la mirada del nuevo gobierno de Macri apunta a reducir el déficit público.  


Balance de pagos. Cuenta corriente. Cuenta capital
Una devaluación, por lo dicho en los puntos anteriores, genera una caída en la actividad, frío económico, de distinto nivel según su dimensión. Ello reduce la cantidad de importaciones que precisa la economía para sostenerse, porque un menor nivel de actividad exige menos importaciones, tanto de productos finales como de bienes intermedios o de capital. Eso mejora el saldo de cuenta corriente. Cabe destacar que cuando un prestamista multilateral presta divisas se fija en estas cosas: si el país destino genera divisas para devolver los préstamos o no. Por eso en el último tiempo se sugería usar los créditos para invesiones de infraestructura que a su vez mejoren la competitividad de la economía por una reducción en los costos. Con lo cual se dice que conviene orientar el crédito a inversiones que generen su propia capacidad de repago.

Tasas
Frente a una devaluación, para evitar que haya corridas las tasas tienden a aumentar posicionándose en valores similares a los de la devaluación. Esto encarece el precio del dinero y enfría la economía. Los individuos entonces no siguen yendo al dólar porque el peso "paga" lo mismo que la devaluación esperada. Como estamos viendo, hay un efecto dominó importante, que tiende a enfriar la economía, desde distintos frentes en simultáneo.
 
Mercado interno
Se reduce como consecuencia de la menor actividad económica. Además se reorienta el tipo de consumo, se pierde proporción de los alimentos en el agregado general. Esto tiende a una mayor eficiencia privada, y las inversiones son más sofisticadas, con un nuevo lugar a la tecnología y la innovación. Esto último, la eficiencia, está entre las pocas cosas positivas de todo este entramado (que es consecuencia de otras cosas negativas).

Mercado externo
Tal como ocurrió en Brasil, el mercado externo sigue pagando lo mismo en dólares, y sigue demandando las mismas cantidades, o menos. La idea es que bajando precios en dólares, ya que muchos precios tienen gran parte de sus costos en pesos, se puede acceder a nuevos mercados. Esto no se está verificando en el caso de Brasil, y se supone que es difícil para la Argentina. En principio se mejoran ganancias de exportadores pero no cantidades exportadas.

Gasto público y recaudación
El Estado sufre una merma en su recaudación como consecuencia de la menor actividad. Sin embargo, corrige su nivel de reservas, ya que este tipo de movimientos económicos además de reducir importaciones, se suelen completar con nuevas olas de crédito externo. Si esto no se controla correctamente, y se genera una desregulación en shock, liberando los resortes del Estado, por la experiencia, historia y cultura de los actores de poder locales, se puede esperar en el mediano o largo plazo un nuevo ciclo de valorización financiera, que genera entrada de capitales golondrina que lastiman más todo el sistema hasta el punto de llevar a implosiones (confrontar diciembre de 2001).


Conflictividad social
Frente a todo este combo, que incluye menor poder adquisitivo del salario, menor capacidad de compra de jubilaciones y derechos como la AUH, que reduce el mercado interno, cabe esperar que el empleo, todavía fuerte, y los trabajadores aún bien organizados, van a movilizarse, exigiendo a las empresas empatar lo perdido, esto se va a moderar a medida que se pierda empleo, que suba el desempleo y los sindicatos deban negociar con menos poder.
En el mismo sentido, a medida que se desregula la economía, se abren importaciones, se desprotege la industria, se descuidan las PyMEs, se olvidan las cooperativas, y se deja de lado una mirada planificada del desarrollo, los trabajadores empiezan un ciclo de reducción del salario real que no se sabe cuándo termina.

La inflación, entonces, es política, y tiene que ver con decisiones que redistribuyen el ingreso.

Veremos cómo seguimos. 

Hasta acá el post viejo.

¿Qué autocrítica le puedo hacer? Algo que deslicé cuando hablé de valorización financiera, pero que no desarrollé (era confuso y además admito que era difícil de predecir, cosa que sí comenté después): el sistema de todo este entramado se completa con apreciación de la moneda doméstica.

¿Esto es grave? Sí, mucho por varias razones. Algunas de ellas tienen que ver con que este fenómeno responde a que aumenta la deuda externa, y el peso se aprecia por razones no productivas, sino financieras. ¿Cuál es la gravedad? Que nada que no resulte de la producción del país es gratis. Mientras se hace un enroque de deuda interna por externa y se bajan impuestos se crea una bola de nieve de deuda-fuga-apreciación-desregulación-deuda-condicionamientos-achicamiento del Estado-pauperización social-crisis. Esto significa que toda vez que la deuda deberá pagarse en algún momento, si esa deuda promueve una menor actividad productiva y contributiva de la sociedad, llegado un punto se ahoga y se ahorca a la población más vulnerable y con menos aire o con el agua más alta. La deuda sana es la que mejora la capacidad productiva y contributiva de la sociedad del Estado. La tóxica es la que achica y desarma el sistema productivo.

Los niveles de deuda externa pública crecieron de una manera muy acelerada, a fines de 2016, y respecto de fines de 2015, los bonos y títulos públicos subieron en montos cerca de 60%. Esto ha llevado a una deuda externa pública en moneda extranjeras de alrededor de 44% del PBI, siendo la mitad de ella con acreedores privados, aproximadamente.

Esto hay que mirarlo de cerca, el núcleo del modelo actual pasa por una deuda tóxica que no se usa en inversión productiva.

Entre 2003 y 2014 nos habíamos olvidado del flagelo de la deuda. Para la Argantina esto significa una década ganada. Más allá de los problemas mencionados más arriba en relación a los cuellos de la restricción externa.

Ahora vuelve a ser el tema central que lastima la economía de la Argentina. No sólo por el problema de su pago futuro, además porque esta misma deuda suele condicionar el rol del Estado para fomentar la producción, profundizando la debilidad de repago. 

Algunos gráficos: el balance de pagos base caja del BCRA (las divisas que salen y entran del país), los componentes de la demanda agregada, que van a mostrar un paulatino deterioro, si se sigue la actual tendencia, especialmente en lo que hace a consumo e inversión. Y un gráfico que muestra que el tipo de cambio está lejos de ser competitivo, lo que sumado al escenario de conjunto no ayuda a predecir la sustentabilidad de mediano plazo.

De no cambiar nada, es posible que antes de 2019 estemos volviendo al FMI y privatizando cajas y empresas fundamentales del Estado por su tamaño y por su apoyo a la fortaleza del Estado para ejercer soberanía política y planificación económica.









Comentarios

Anónimo dijo…
Macri nos esta tranformando en un pais empobrecido como Cuba pero no por bloqueo sino por saqueo.
y caro como Dubai

CON MACRI LA ARGENTINA ES CUBAI, POBRE COMO CUBA Y CARA COMO DUBAI.

MACRI ES PESIMO
Marco dijo…
Excelente.
Te agregamos a nuestro blogroll.

Saludos.
Anónimo dijo…
pregunto y me pregunto: somos todavía UN PAÍS? solo porque votamos,solo por que? pasé muchas transiciones, si, demasiadas para mi, aún estoy VIVA, y lo que veo es:UN SAQUEO, PENSADO Y UN GOBIERNO FASCISTA en el decir y mucho mas en los entuertos de lo que NO HACEN,NO SON POLÍTICOS,eso lo tengo claro, que son? VIDAL, MM, Y TODA LA CORTE? SOLO SON ELLOS,con sus no equipos, con esos mantras "si se puede" "juntos podemos mas" de una taradez cerebral importante, donde "reina la alegría", de jugar a "hacer, al como si hago..." no se que puede pasar, pero no veo nada bueno! NADA!
saludos,un placer
lidia-la escriba
www.nuncajamashablamos.blogspot.com

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