Cierre del año 2014, ¿un balance del futuro?

Una mirada sobre 2014 requiere abrir distintas líneas de análisis, todas vinculadas entre sí.

Para que sea más fácil vamos a enfocarnos por grandes temas: político, económico y social.


Escenario político

El año termina muy distinto a cómo empezó en este terreno. Desde un fin de ciclo que parecía asumido hasta pro el propio fin de ciclo a un 50% en imagen positiva de la presidenta. Existen un montón de interesantes contradicciones. Scioli se acercó al kirchnerismo en la consciencia que sin el apoyo del kirchnerismo no llegaba (¿ni al ballotage?), capitalizó parte del aumento de la imagen positiva de Cristina Kirchner. Pero a su vez la fuerte mejora de esta imagen puso de vuelta a la presidenta a conducir con la legitimidad de antes de 2013, lo cual condiciona al sciolismo, e incluso le permite especular con opciones al sciolismo para 2015.

El escenario está abierto. Massa se desdibuja porque el apoyo social no pudo acompañarse con el volumen de la dirigencia política de los gobernadores (que no es tan afín al duhaldismo). Macri mejora en las encuestas pero no cuenta con la confianza plena del consenso de los intereses corporativos, que prefieren un escenario de orden económico, aunque con fuertes bajas en los salarios reales, antes que atravesar un escenario de nuevas disputas intra-cúpula, como consecuencia de una economía (macrista) que amenaza con darle nuevamente la espalda al sector transable.

Los demás. UNEN y el Frente Amplio Progresista de Binner tienen, finalmente, aspiraciones más subnacionales que nacionales, y ahí darán la batalla.


El escenario económico




Paradójicamente, no es la bonanza económica la que guía la reciente mejora en la imagen presidencial. Sí en todo caso podría serlo la estabilidad macroeconómica. Esta estabilidad es parte de los desafíos que tiene el gobierno para 2015, ya que debe mejorar los valores de la balanza de pagos si quiere atravesar un año electoral sin corridas que le impidan disponer del gasto público con la autonomía necesaria para sostener un modelo basado en la demanda (y vinculado fuertemente con la inclusión). El último dato (ver gráfico) muestra en el segundo trimestre de 2014 una luz favorable, que deberá encontrar sustento de largo plazo.




Los ciclos en la Argentina desde 1976 siempre terminan con mucho dolor social, que en las cuentas internacionales se verifica en una crisis de deuda externa pública sobre PBI superior a la crisis anterior. En la etapa actual esta verificación no existe. Con lo cual no sólo cabe pensar que no estamos en las puertas de un fin de ciclo, sino que el país está frente a una verdadera oportunidad histórica de evitar su clásico penduléo y tomar una senda de desarrollo constante (obviamente esto no implica menos conflictos, sino otros conflictos).

La alquimia en este sentido se relaciona con lograr ingresos en la cuenta capital mientras se va corrigiendo paulatinamente el saldo negativo en la cuenta corriente: el desafío encarado en materia de autoabastecimiento energético también se vincula con esta mejora progresiva. La contradicción del 2015 en este tópico atiende a que se deberá disponer de los recursos de la economía de manera tal de hacer más sustentable la macro sin que eso enfríe la economía, ni perjudique la inclusión social. Con un punto inherente extra: todo lo que no resuelva el actual gobierno se enfrenta al riesgo para la sociedad de ser resuelto por otro.


La situación social

Entre 2003 y 2013 el mercado interno creció sin parar, la inclusión fue constante y sostenida, y el poder adquisitivo del salario mejoró sin interrupciones. Hay más del doble de jubilados que hace 15 años que le dan forma al fortalecimiento del mercado interno, sumado a innumerables políticas de beneficios sociales, entre la que resalta la AUH que llega a 1,8 millones de hogares.


Finalmente

En este 2014, que es un año malo para la Argentina por distintos factores (restricción externa, problemas mundiales, restricciones en la economía de Brasil, China más lento, baja de precios de commodities, etc.), de todos modos se logró sostener con mínimas variaciones negativas el empleo, la distribución del ingreso y el poder adquisitivo de los salarios. No hubo desórdenes que pusieran en riesgo la mayoría de los logros de la década. El Estado se mostró firme, y creció en herramientas de cuidado social, y en control y contención de los intereses corporativos.

No fue el mejor de los últimos 12 años, pero sin embargo se sostuvieron la gobernabilidad y el orden social en base a la inclusión y el trabajo.

Durante 2015, cabe esperar un año difícil, pero sin retrocesos, donde las apuestas estarán orientadas a dejar un país cuyos próximos años sean de expansión económica, desarrollo industrial y alejado de los ajustes que pide los sectores ortodoxos. El éxito de esta apuesta tendrá consecuencias electorales.


Comentarios

Si seño'...

¡Oiga! ¿Y los grafiquitos con las cantimploras? ja ja..

Saludos
Hache dijo…
Jajaja. Que grande, parece que sabíamos nadar, nomas... El kirchnerismo nos enseñó a ser optimistas. A pesar de tanto guru disfrazado de baqueano...

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