Reforma laboral-neoliberal en España. ¡Ay!
Éstas, que figuran acá, son las 10 claves de la reforma (de flexibilización) laboral del gobierno de Rajoy en España. Rajoy ya tiene su Ley Banelco (aunque en su caso haya sido por decreto). Y si uno busca, por ahí está el Flamarique español argumentando lo injustificable.
Claramente España está transitando el camino, bien conocido por los argentinos, de dotar de "seguridad jurídica" (ficticia) al sistema para que los capitales financieros puedan moverse con cierto margen, en una economía que se ve afectada por el deterioro de las principales variables externas, fiscales y sociales, al igual que en otros varios países de la Eurozona.
Es incluso notablemente curioso el cinismo con que Rajoy presenta la situación a tan pocos meses de haber vencido en las urnas. Él mismo se encarga de decir que "2012 es un año perdido en materia de creación de empleo".
La Argentina conoce bien lo que genera el camino neoliberal de flexibilizar el empleo, el comercio, las finanzas y las decisiones políticas nacionales: se destruyen lazos sociales, se perjudica el tejido productivo, se lastima la cohesión social, se golpea al trabajo, se desmiembra la red cultural, y se retrocede sobre las conquistas laborales.
Todas estas medidas se realizan para atender las condiciones del FMI y de la Eurozona, son medidas que promueven una falsa idea de convergencia en función de resolver intereses financieros, antes que reales. ¿Qué tiene que pasar en estos países para que se produzca un cambio? ¿Tan lejos van a llegar? ¿Tan lejos como lamentablemtene llegamos en la Argentina van a ir antes de cambiar? ¿Quieren fotos de dolor social todos los días?
Como decíamos ya hace un tiempo: mientras el cinismo financiero sea voz fuerte en Europa, la Argentina será ejemplo de que las medidas para consolidar la economía real, con trabajo, producción, crecimiento, competitividad e inclusión social bien lejos están de respetar la ortodoxia convencial. La Argentina es ejemplo de pragmatismo y heterodoxia exitosa para la consolidación de un modelo de reparación social y construcción de un escenario sustentable para un futuro con pleno bienestar social.
Cuando el Estado se hace fuerte, pero sólo para disciplinarse a sí mismo, en función de permitir una más libre asignación de recursos por parte del "mercado", los principales perjudicados son los sectores populares, ocupados y desocupados. Al mismo tiempo, los grandes beneficiarios en este escenario son los sectores concentrados y centralizados que tienen un dominio económico y social suficiente para actuar como (re) reguladores reales ante la ausencia de la regulación del Estado.
Un modelo de bienestar social sólo es posible con un Estado que lidere la asignación de recursos de la economía, a través de la participación permanente en la sociedad y el mercado. Éste es el rol del Estado que debe defenderse si se pretende un país con igualdad social. Y la responsabilidad principal de que este rol se cumpla, o se desarrolle, es de los políticos a cargo de las instituciones de gobierno.
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