Navidad imprecisa

Uno de los columnistas estrella de La Nación hoy (24/12/2011) nos regaló otro debate. 

Joaquín Morales Sola dijo:

"Los caminos autoritarios que eligió el gobierno de Cristina Kirchner están colocando a la Argentina en el lote de países latinoamericanos que han decidido dejar de lado la democracia plena en nombre de una revolución imprecisa.

La primera víctima de tales procesos es siempre la libertad de prensa, porque ésta es el principal obstáculo para avanzar sobre las otras libertades. Sobresale el engaño electoral: nunca se anticipó, antes del 23 de octubre, que había una lista de enemigos por batir y una guerra pendiente. Ahora sí existen la lista, el plan y la guerra."

Lo cual nos permite pensar algunas pequeñas cositas:

• Una revolución en términos tradicionales es un cambio estructural de régimen, forma de gobierno y/o modelo de acumulación.  
• En términos gramscianos, en la revolución moderna corresponde ir ocupando casamatas que sirvan de bastión para hacer institucional el cambio, la revolución moderna se parece más a la guerra de trincheras por cuanto ir ocupando distinto puntos ("trincheras") es clave para poder avanzar en los cambios económicos e institucionales que son precisos para hacer más justo un país atrasado en sus variables de equidad e igualdad. Es un proceso lento, que algunos aventurados llaman "proceso revolucionario".
• ¿Ahora resulta que Joaco es gramsciano? No jodamos que se me cae el arbolito con todas las luces, che.
• Alguien que me explique qué es la "democracia plena" para Morales Sola, ¿la que siempre defendió La Nación, la de la desinformación cuando se perjudica a los sectores populares con medidas como secuestrar y asesinar militantes o privatizar empresas públicas? 
• La democracia plena debería ser la forma de gobierno que representa a la mayoría, para lo cual se deben coordinar y articular desde el Estado todos los actores para lograr la inclusión social de los sectores relegados y regular la rentabilidad para evitar sobre explotación productiva de los trabajadores. Mucho se logró en este sentido en los últimos ocho años y medio.  
• El proceso que está transitando la Argentina es muy preciso y coherente a favor de los trabajadores y los sectores postergados, pero pensando la inclusión desde el cuidado de los actores existentes. Por ende no se trata de una revolución -en términos tradicionales- ni muchos menos es un camino impreciso. 
• Morales Sola dice que la Argentina se acerca a "espejos desacreditados" de la región, lo que no dice es que están desacreditados por diarios como La Nación. O sea que es un eufemismo, se trata de espejos que a La Nación no les gusta. Acá se esconde cierta falacia de poder informativo: lo que La Nación dice es verdad revelada ¿cómo no les va a molestar democratizar el papel si de esa forma pierden poder, y pierden la instalación sistemática de su verdad?
• Parece que atacar el monopolio del papel de diario es revolucionario. Disculpen, es revolucionario impreciso. 
• Algo así como arrancar para el Palacio de Invierno y pretender llegar tomando el 152 en Pacífico, o peor aún: hacer esto el 24 de diciembre (en verano). O pretender cambiar de vida y dejar a tu amante en vez de a tu esposa. O suponer que uno -varón- es gay por acostarse con una lesbiana. 
• El mundo de las imprecisiones tiene un sin fin de posibilidades. Por ejemplo, en una navidad imprecisa Melchor es oligarca, Baltazar es un burgués y Gaspar es delegado de la JP. 

Disfrutemos de las fiestas. Felicidades.