Definiciones políticas de Cristina

Cristina Fernández de Kirchner habló en Uruguay, por Recepción de la Presidencia pro tempore del Mercosur. Nos pareció interesante, entonces, destacar estas palabras que siguen. Porque tienen una contundencia que envidiaría cualquier político y/o orador.

Nosotros, cuando vemos lo que está pasando en el mundo, lo que pasó en el año 2008 en realidad es bastante parecido a lo que padeció Argentina en el año 2001, muy parecido. Y por eso tuvimos la inmensa voluntad de poner a la política nuevamente en el centro de las cosas, pero no identificando a la política como ideología vacía. Porque en realidad la ideología deja de ser ideología cuando las ideas que vos proponés se convierten en realidad y las hacés política. Eso es hacer política, que lo que todo en la vida pensamos y predicamos como ideología lo podamos llevar a la práctica, lo demás es dogma o ejercicio onanístico de las ideas.

porque claro los americanos creían que los del Fondo éramos nosotros, que era una visión argentina por lo que le había pasado a la Argentina con el Fondo Monetario Internacional. Pero cuando la Presidenta del Brasil – sexta economía del mundo, séptima economía del mundo- tiene la misma visión y dice que durante 20 años el Fondo Monetario Internacional hundió la política de Brasil con devaluaciones, con achicamientos, con ajustes, entonces el hombre cuando digo yo algo del Fondo Monetario ya me mira distinto porque no es la loca de la Argentina, que defaultearon la deuda, cosa que no hicimos nosotros porque también debemos aclarar que recibimos un gobierno con la deuda defaulteada por otros y somos los que la reestructuramos y pagamos y estamos pagando regularmente, sin acceso al mercado de capitales la reestructuración del 93 por ciento de la deuda total, el resto es fondo buitre que ni siquiera tiene radicación en Estados Unidos, ni siquiera paga impuestos en Estados Unidos pero hace un formidable lobby

cinco Presidentes en una semana tuvimos, un endeudamiento feroz. Sostuvimos la convertibilidad, durante diez años, a costa de un endeudamiento feroz de la República Argentina, a costa de la venta del patrimonio nacional: energía, telecomunicaciones, combustible, nada quedó sin vender. O sea todo esto que está pasando, el endeudamiento en Europa, el endeudamiento de las familias, el endeudamiento de los Estados nosotros los vimos

Marx mismo, Marx teoriza sobre las consecuencias del capitalismo y del liberalismo, del trabajo de las mujeres, de los chicos, de la explotación, de la plusvalía, o sea todos teorizan. El problema que hoy tenemos en el mundo – queridos amigos y amigas, presidentes y presidentas – es que no tenemos un nuevo marco teórico que explique este mundo y cuáles son los caminos a seguir.


Pero también tenemos que saber que en la integración económica está, porque ahora viene otra cuestión, nosotros ya no tenemos niveles de endeudamiento importante, pero tenemos también altos de niveles de extranjerización de nuestra economía, que en un mundo en crisis, cuando uno observa la cuenta corriente de capital – y yo no soy economista pero en estos últimos años tuve que aprender a la fuerza, Rafael – observa que lo que antes se iba por intereses de la deuda hoy se va por remesas de utilidades, sin reinversión. Y necesitamos, además, hacer regionalmente un proceso de sustitución de importaciones urgente, y tenemos para ello los instrumentos para hacerlo. Por eso es importante, y yo vengo bregando desde tiempos inmemoriales por el ingreso de Venezuela. Nosotros con el ingreso de Venezuela estaríamos cerrando la ecuación energética, tendríamos la energía suficiente para no depender, junto a la mejor tierra que hoy está produciendo casi el 50 por ciento de los granos del mundo, con reservas acuíferas importantísimas, pero necesitamos comenzar a identificar todas aquellas cosas que podamos hacer aquí, adentro, en la región.
 
Para finalizar, quiero agradecer especialmente el apoyo que han dado a Malvinas, que no es una causa argentina. Malvinas no es una causa argentina, es una causa global, porque en Malvinas se nos están llevando los recursos petroleros y pesqueros. Y cuando tengan necesidad de más recursos -piensen todos los que tengan recursos-, que los que tengan la fuerza, los va a ir a buscar adónde sea y cómo sea, adónde sea y cómo sea. Y si no que pregunten a algunos de los conflictos bélicos que se desarrollan distante allende fronteras a qué obedecen, a qué obedecen determinadas intervenciones, cuando se violan los derechos humanos en países petroleros y cuando se violan los derechos humanos en países que no son petroleros.


Los derechos humanos son iguales en todas partes y todos los gobiernos que los violan, deberían ser castigados. Sin embargo, son más castigados los que violan derechos humanos cuando los países tienen minerales, petróleo y riquezas que cuando no los tienen o cuando responden a cuestiones de geopolítica o ajedrez internacional.

se nos pasan hablando de que debemos respetar y ser respetuosos de Naciones Unidas, salvo cuando los que violan las disposiciones de Naciones Unidas, se sientan en el Consejo de Seguridad. Si estás sentado en el Consejo de Seguridad con silla permanente, podés violar todos los derechos humanos y lo que se te ponga adelante sin ningún problema que nadie te va a reclamar nada. Y el Reino Unido es uno de los que se sienta en forma permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y no respeta ni una sola de las resoluciones.


Pero seamos inteligentes y miremos lo que hemos hecho. Qué hemos hecho, hemos hecho y mucho y creo que este debe ser el camino: profundizar la integración, es la integración económica y es la decisión política y el coraje para hacerlo.


 
Impecable. Histórico por el lugar, por el día (20/12/2011) y porque la integración económica latinoamericana, finalmente, está emergiendo como otro eje del desarrollo. De un desarrollo que es la escalera hacia la inclusión. Porque difícil en un país con tantos actores poderosos con intereses particulares, que se pueda incluir sin desarrollo, que se pueda igualar a la sociedad sin contención de los ganadores de las décadas pasadas.

No es casual, por tanto, que a la soberanía política, a la independencia económica, y a la justicia social, le hayamos agregado la integración latinoamericana, como otra bandera que cabe sostener y agitar.



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