¿De abajo hacia arriba? ¿O del centro hacia la periferia?
El Estado suele tener varias formas de avanzar, con distintos resortes hacia una sociedad más igualitaria. Atrás de cada una de estas formas hay varios debates.
En lo que a equidad respecta, existen distintos temas de diferente complejidad: vivienda, pobreza, educación, salud, seguridad, entre otros muchos.
¿Qué se quiere mostrar aquí? Que no siempre abordar los temas de abajo hacia arriba, como podría suponerse erróneamente del Estado nacional y popular es la forma más integral de enfocarlos. En un post anterior se contó cómo la AUH puede estar entorpeciendo mejoras en innovación y tecnología en el entramado industrial argentino. Obviamente, no se trata de atacar la AUH, sino de entender una situación macro para seguir pensando medidas del Estado.
Lo estructural tiene que ver con un modelo de acumulación, en el marco del capitalismo, con la integralidad de la manera en que se organiza la economía y la sociedad, cosa que se consolida sobre todo desde el Estado, que tiene a su cargo institucionalizar las condiciones para el acceso equitativo al trabajo. Es decir, un modelo de trabajo nacional requiere principalmente condiciones macro, y eso se hace desde el Estado. Y es el modelo el principal integrador. Pero abordar esto sólo por arriba es desconocer la urgencia de cuidar a los sectores más vulnerables. La integralidad es la mejor forma de avanzar. Y eso ocurre en la Argentina de hoy. Aunque dada la complejidad, siempre se puede seguir profundizando detalles en todos los aspectos.
La forma de abordarlos puede ser de abajo hacia arriba, o del centro hacia la periferia. O ambas. Ejemplos:
En lo que a equidad respecta, existen distintos temas de diferente complejidad: vivienda, pobreza, educación, salud, seguridad, entre otros muchos.
¿Qué se quiere mostrar aquí? Que no siempre abordar los temas de abajo hacia arriba, como podría suponerse erróneamente del Estado nacional y popular es la forma más integral de enfocarlos. En un post anterior se contó cómo la AUH puede estar entorpeciendo mejoras en innovación y tecnología en el entramado industrial argentino. Obviamente, no se trata de atacar la AUH, sino de entender una situación macro para seguir pensando medidas del Estado.
Lo estructural tiene que ver con un modelo de acumulación, en el marco del capitalismo, con la integralidad de la manera en que se organiza la economía y la sociedad, cosa que se consolida sobre todo desde el Estado, que tiene a su cargo institucionalizar las condiciones para el acceso equitativo al trabajo. Es decir, un modelo de trabajo nacional requiere principalmente condiciones macro, y eso se hace desde el Estado. Y es el modelo el principal integrador. Pero abordar esto sólo por arriba es desconocer la urgencia de cuidar a los sectores más vulnerables. La integralidad es la mejor forma de avanzar. Y eso ocurre en la Argentina de hoy. Aunque dada la complejidad, siempre se puede seguir profundizando detalles en todos los aspectos.
La forma de abordarlos puede ser de abajo hacia arriba, o del centro hacia la periferia. O ambas. Ejemplos:
- vivienda: de abajo hacia arriba sería brindar vivienda desde el Estado a los sectores más necesitados, con el dispositivo que se prefiera. Pero no abordar los problemas de vivienda de los sectores acomodados en ingresos, decanta en problemas hacia los sectores menos acomodados y más aún hacia los vulnerables. Mejorar las viviendas y su acceso es uno de los grandes pendientes de esta Argentina, con estrategias que eviten compartimentar a los sectores necesitados en barrios específicos. El ProCreAr es una herramienta central en este aspecto. Pero debe profundizarse, y avanzar hacia los demás sectores sociales. Y como la situación general está mejor que hace 10, 12, 15 ó 20 años, la infraestructura en vivienda pasa a ser un tema para pensar. Como en todos los casos, se requiere de análisis y soluciones integrales. La creación de un Ministerio de Vivienda, Tierra y Hábitat parecería una idea en ese sentido.
- pobreza: Si sólo se tratara de sostener el consumo de los sectores necesitados estaríamos frente a la emergencia de políticas focalizadas, que no hacen sino reproducir una situación de vulnerabilidad. En cambio, todas las medidas que sirven para generar trabajo enfrentan el problema por arriba. De este modo, universalizar el abordaje de la cuestión es la mejor manera de cambiarla. La mejor política social es un modelo de acumulación inclusivo. Sin dudas. Por eso la AUH (asignación universal por hijo) tiene un rol fundamental dentro de esta idea: generar un volumen de demanda que presione a la inversión, producción y la creación de trabajo. Además de atender la urgencia, gracias al Estado redistribuidor de recursos.
- educación: la educación de los chicos de los sectores vulnerables depende mucho más de resolver los ingresos de los titulares de las familias que de sostener los subsidios a las escuelas privadas. Hasta acá parece importante el hincapié en abordar la situación urgente de abajo hacia arriba. No obstante, en este tema existen varias aristas. Educación de chicos pobres, contenidos curriculares de todo el sistema, contención del sistema privado, articulación con lo público. Dentro de estas aristas, se pueden pensar los problemas nuevamente: de abajo hacia arriba o desde el centro hacia la periferia. Si los sectores acomodados utilizan todas las vacantes se generan problemas en los sectores relegados. Pero escuelas destinadas sólo a sectores relegados no parece una solución inclusiva. Así de complejo.
- salud: "En la Argentina te dan educación y salud gratis", escuchado de algún hermano latinoamericano de algún país vecino. Cada vez más chicos acceden a la salud pública en la Argentina. Sin embargo, la salud en la Argentina no tiene una articulación ideal, está fragmentada en pública, privada y obras sociales. Esa es la solución estructural pendiente.
- seguridad: la lectura vertical aborda la cuestión desde el policiamiento del delito. La acción transversal analiza que no puede atacarse la inseguridad sólo con policías, que lo primordial es recuperar los lazos sociales familiares. Y ello se consigue con rutinas laborales, educativas, de contención social.
- trabajo: después de años de destrucción del tejido social argentino (1976-2003) hay generaciones que tienen problemas en la búsqueda de empleo. Esto no es culpa de esas personas, como le gusta decir a la ortodoxia, sino de un Estado que construyó una cultura del no trabajo como base de un escenario de los intereses dominantes (que sí son responsables) que buscaban el disciplinamiento social estructural a través de abaratar la mano de obra y destruir la organización del trabajo. Por tanto, se debe contener a estas personas (desde abajo) mientras se genera más y mejor empleo en un proceso de largo aliento (por arriba). De este modo es que la contención sobre el precio del dólar, la AUH, la administración del comercio exterior, el desendeudamiento, la promoción del consumo, etcétera, coinciden en un amplio objetivo de recuperar/ profundizar/ corregir/ mejorar el tejido productivo nacional.
Finalmente, cabe mencionar que el Estado actual, trabaja en ambos frentes a la vez. Hay ejemplos de sobra. Con todas las dificultades que ello presenta. Hay en este post, entonces, la recuperación de dos ideas: una tiene que ver con que el abordaje del cambio social no puede ir en un solo sentido, y la otra con reforzar el rol del Estado, porque tanto un sentido como el otro dependen fundamentalmente del rol del Estado.
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