Estado, políticas de inclusión y clientelismo
Una de las cosas que defendemos siempre desde aquí es la necesidad del Estado fuerte, presente, democrático, popular, un Estado pendiente del bienestar social, con políticas pensadas para el sector que más lo precisa: los que aún no tienen trabajo estable, o lo tienen no registrado o registrado de baja remuneración. Un Estado distinto al Estado fuerte del neoliberalismo orientado a la desregulación y el clientelismo, un Estado fuerte con políticas económicas de inclusión y trabajo.
Muchas medidas se tomaron en estos diez años para que el Estado se haga fuerte, tenga capacidad para conducir la economía y pueda integrar los distintos sectores sociales en función de la igualdad y el bienestar. Todas estas medidas ayudaron a sostener el mercado interno, la demanda agregada, el consumo y el empleo, propiciando una mejor -aunque todavía bastante mala- distribución del ingreso. Esto genera conflicto y pujas distributivas entre sectores y ¡al interior de cada sector y de cada empresa! Estas pujas, conflictos, acciones de las corporaciones o distintas estrategias de los actores sociales en pugna, desde ya que retardan la plena incorporación de todos los sectores sociales al bienestar social, cultural, democrático y civil.
Entre esas medidas rescatemos, rápidamente:
La mejor política social es la política económica, la mejor manera de combatir la pobreza no es con políticas sociales focalizadas (que reproducen y silencian una situación de marginalidad, tal como las políticas sociales neoliberales) sino con un modelo de acumulación basado en el trabajo, el crecimiento y la distribución del ingreso. Todas las políticas mencionadas consolidaron un Estado presente para el desarrollo económico y social.
Otro elemento que limita el clientelismo y el lobby es la coordinación entre áreas del Estado, una articulación aceitada hace imposible que alguna área se corte sola. Es por ello, que esta etapa reclama nuevas articulaciones institucionales entre organismos del Estado, para consolidar los cambios y para hacer más difícil un retorno al Estado "mínimo".
Si el Estado genera seguros sociales universales, o integrales, concebidos para que los beneficiarios se vinculen directamente con el Estado, no sólo se está evitando el clientelismo (porque se evitan los intermediarios), se está asimismo, generando condiciones para construir organización en el sector social vinculado con ese beneficio.
Esto no es clientelismo, es organización popular, el poder no está en el puente entre los beneficiarios y el Estado, sino en los mismos beneficiarios. Por otra parte si el Estado, presente, construye una batería de beneficios sociales que sectoraliza los beneficiarios, sin discriminar dentro de cada sector, ese poder no se concentra sólo en una organización, sino que requiere de varias y pasa a ser poder popular. Ese es otro desafío de esta etapa.
Porque todos somos iguales frente al dinero o al derecho, en tanto individuos, pero tanto en el acceso a la justicia como en la distribución del ingreso hay sectores sociales privilegiados. Evitar los privilegios jurídicos o económicos es otra forma de disminuir el clientelismo.
Muchas medidas se tomaron en estos diez años para que el Estado se haga fuerte, tenga capacidad para conducir la economía y pueda integrar los distintos sectores sociales en función de la igualdad y el bienestar. Todas estas medidas ayudaron a sostener el mercado interno, la demanda agregada, el consumo y el empleo, propiciando una mejor -aunque todavía bastante mala- distribución del ingreso. Esto genera conflicto y pujas distributivas entre sectores y ¡al interior de cada sector y de cada empresa! Estas pujas, conflictos, acciones de las corporaciones o distintas estrategias de los actores sociales en pugna, desde ya que retardan la plena incorporación de todos los sectores sociales al bienestar social, cultural, democrático y civil.
Entre esas medidas rescatemos, rápidamente:
- Desendeudamiento
- AFJPs
- FGS
- Inversión pública
- AUH
- Aumento de jubilaciones y pensiones
- BCRA
- YPF
- Restricciones al dólar
En el siguiente gráfico "Activos externos del sector privado no financiero", puede notarse que las restricciones a la venta de dólares fueron exitosas, dado que en el primer semestre de 2012, por primera vez en años, se detuvo la tendencia a la salida masiva de divisas o capitales.
Evolución de los activos externos del sector privado no financiero:
Evolución de los activos externos del sector privado no financiero:
Elaboración propia en base a Ministerio de Economía. |
- Administración del comercio exterior
- Promoción de paritarias por encima de las intenciones empresariales
La mejor política social es la política económica, la mejor manera de combatir la pobreza no es con políticas sociales focalizadas (que reproducen y silencian una situación de marginalidad, tal como las políticas sociales neoliberales) sino con un modelo de acumulación basado en el trabajo, el crecimiento y la distribución del ingreso. Todas las políticas mencionadas consolidaron un Estado presente para el desarrollo económico y social.
Otro elemento que limita el clientelismo y el lobby es la coordinación entre áreas del Estado, una articulación aceitada hace imposible que alguna área se corte sola. Es por ello, que esta etapa reclama nuevas articulaciones institucionales entre organismos del Estado, para consolidar los cambios y para hacer más difícil un retorno al Estado "mínimo".
Si el Estado genera seguros sociales universales, o integrales, concebidos para que los beneficiarios se vinculen directamente con el Estado, no sólo se está evitando el clientelismo (porque se evitan los intermediarios), se está asimismo, generando condiciones para construir organización en el sector social vinculado con ese beneficio.
Esto no es clientelismo, es organización popular, el poder no está en el puente entre los beneficiarios y el Estado, sino en los mismos beneficiarios. Por otra parte si el Estado, presente, construye una batería de beneficios sociales que sectoraliza los beneficiarios, sin discriminar dentro de cada sector, ese poder no se concentra sólo en una organización, sino que requiere de varias y pasa a ser poder popular. Ese es otro desafío de esta etapa.
Porque todos somos iguales frente al dinero o al derecho, en tanto individuos, pero tanto en el acceso a la justicia como en la distribución del ingreso hay sectores sociales privilegiados. Evitar los privilegios jurídicos o económicos es otra forma de disminuir el clientelismo.
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