Para Cristina la reelección, e hitos de estos 8 años de gobierno

El martes pasado en un acto en la casa de gobierno, Cristina dijo lo que todos esperábamos que dijera: que va a seguir adelante (aplausos).

Adelante significa seguir pensando nuestro país para que los indicadores sigan mejorando. Adelante significa profundizar el modelo. Ese es el proyecto: profundizar el modelo.

Imagínense que uno está perdidamente enamorado y la persona destinataria de ese amor plantea dudas acerca de la continuidad de la relación. Uno siente el amor del otro, pero duda, no entiende. Hasta que un día la otra persona te convence de que nunca lo dudó: siempre te amó y va a seguir adelante.

Ese día el amor es más intenso que nunca. Uno se enamora de vuelta.

Abracémosla, es el abrazo de todos. Es amor, no sólo gestión.

Realmente no existe una relación mejor para el pueblo argentino que tenerla a Cristina en el gobierno. Este gobierno entendió como ningún otro en 56 años que para poder ejercer políticas de recuperación de la justicia y el bienestar social, primero es preciso consolidar la soberanía política y la independencia económica.

¿Cómo se vinculan los conceptos de independencia económica, soberanía política y justicia social en este presente?

Bien, Cristina dijo en su discurso en el Día de la bandera que...

"Si tuviera que elegir dos hitos históricos en estos 8 años, diría que uno o dos sin lugar a dudas, fue la decisión que él tomó en cómo abordar la reestructuración de la deuda y en el pago al Fondo Monetario Internacional. Sé que otros tendrán más cosas en la lista, que el ALCA, que los convenios colectivos, que los 5 millones de puestos de trabajo, muchísimas cosas, pero permítanme decirles que sin eso no hubiéramos podido abordar todo lo que hemos hecho en estos años. Y la otra, sin lugar a dudas, fue recuperar para el Estado la administración de los recursos de los trabajadores en la República Argentina, que nos permitió instrumentar medidas que sonaban en la boca de todos, que habían sido escritas en miles de proyectos que se presentaban en todas las Cámaras de Diputados o Senadores provinciales o nacionales. Pero para poder pagar la Asignación Universal para más de 3.800.000 (tres millones ochocientos mil) chicos, no se pagan ni con discursos, ni con proyectos de ley, se pagan con recursos que hay que conseguir y administrar, y eso es lo que también hemos hecho, administrar correctamente los recursos para poder también ayudar, por ejemplo, aquí en Rosario, a que en ese año en que creíamos que el mundo se venía abajo, 2009, no nos echaran gente de la Planta de General Motors de Rosario. Esto lo pudimos hacer, porque pudimos darle un préstamo desde la ANSES, si no, hubieran echado a más de 800 trabajadores altamente calificados."

En ese párrafo se sintetizan las tres banderas del kirchnerismo, que retomó del peronismo del primer Perón. La soberanía política y la independencia económica se resuelven en el desendeudamiento (ver gráfico) y en la estatización del fondo de los trabajadores. Con ese fondo (el FGS creció de $95.000 millones a más de $180.000 millones), sumado a la lógica del superávit gemelo, se pudieron establecer políticas a favor de la producción (créditos productivos) y, sobretodo, de la justicia social, como la AUH. Porque ahora el Estado tiene libertad para actuar, para funcionar en la búsqueda del interés general, sin las presiones externas que tenía antes, y construyendo un poder cada vez más orientado a todos, sin empresarios, por ejemplo Bunge y Born, sentados en la cocina de las decisiones.

Elaboración propia en base a MECON y CEI.

Porque un modelo orientado al mercado interno y a la producción de bienes y servicios, es un modelo orientado al bienestar social. Si decimos que el consumo motoriza el entramado productivo, decimos que detrás de éste hay más personas que pueden consumir más, y por ende están mejor. Y eso, sumado a políticas activas de protección, promueve una mayor oferta y por ende más trabajo y, de vuelta, más y mejor consumo, a la par que aumenta el FGS y la recaudación del Estado.

Hagamos el esfuerzo por ver más allá de nuestra persona, de nuestra organización y de la organización por encima de la nuestra. Hagamos el esfuerzo por entender al de al lado. Aunque no piense igual a nosotros. Analicemos la realidad sin mezquindades, entendamos que existen muchos actores sociales que atrasan y que están interesados en que esta lógica se desarme. El modelo depende de la buena performance de esos actores reaccionarios, y por eso les va cada vez mejor. Pero ellos odian las políticas que los ponen en el lugar de ser un medio para el bienestar en vez de situarlos como fin en sí mismo.

Profundizar el modelo es el mejor proyecto que puede tener el país porque es el único que incluye a todos, incluso a esos actores reaccionarios, mal que -paradójicamente- les pese.

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