Delito: prevención y reacción

Leía un viejo informe de la Universidad de Chile sobre el delito.

En él me encontré con estas cuestiones (textuales):

"Las iniciativas centradas en el control y la represión ponen énfasis en las acciones del sistema de justicia criminal que permiten detectar al individuo que ha cometido un delito y utilizar los mecanismos legales para establecer su responsabilidad penal. En líneas generales, las instituciones encargadas del control son la policía y el sistema judicial. La primera cuenta con facultades para utilizar la fuerza del Estado como una de sus herramientas principales en el control de la criminalidad, situando a la sociedad democrática ante el dilema del potencial uso de la fuerza traducido en violaciones de los derechos humanos. 
"A su vez, el sistema judicial es el encargado de establecer las responsabilidades penales de los imputados de algún delito y de imponer las sanciones correspondientes... Las políticas de control abarcan un abanico de iniciativas que van desde el mejoramiento del servicio policial mediante el patrullaje aleatorio y una mayor rapidez de reacción ante los llamados del público, hasta propuestas legislativas de endurecimiento de las sanciones para los victimarios o que buscan restringir los beneficios carcelarios para la población carcelaria. Cada una de ellas tiene por objetivo disminuir la criminalidad mediante la detección, disuasión e incapacitación de los victimarios, y enfatizan la capacidad
del Estado para disminuir estos problemas. 
"Por otro lado, existen políticas de carácter preventivo de la criminalidad, orientadas a actuar sobre los factores que potencialmente podrían incitar a los individuos a utilizar la violencia o a cometer delitos. En esa tarea dichas políticas involucran a nuevos actores y crean nuevos escenarios de acción, lo que involucra una serie de aristas y dimensiones que serán analizadas a continuación... Por tanto, la prevención se puede identificar no necesariamente por las soluciones que implican sino por los efectos que tienen en conductas futuras.
"Los fundamentos de este enfoque se basan en la concepción de la violencia como un proceso, que se caracteriza por su multicausalidad y pluralidad, y que debe ser entendido y abordado integralmente. Es un proceso, por cuanto no es un hecho puntual que termina con una víctima, sino que hay etapas anteriores y posteriores que deben ser consideradas en las propuestas de prevención para la percepción, el control y la rehabilitación. La multicausalidad se refiere a la idea de que la violencia es un fenómeno complejo y multidimensional. Por ello la violencia es en sí un fenómeno plural, y debe ser entendida en su real contexto de causas, factores y efectos para actuar de manera holística. Todo esto implica no sólo generar estrategias para abarcar los diferentes tipos de violencia, sino también que las propuestas de prevención deben vincularse a otras políticas existentes en el mismo campo y no deben excluir los programas que pueden tener influencia indirecta.
"El incremento de la victimización y del temor ha llevado en años recientes a implementar programas que buscan disminuirlos mediante un cambio en las relaciones de la ciudadanía con las instituciones policiales y el fortalecimiento de los lazos sociales intracomunitarios. 


En resumen. Encarar el delito implica entender dos dimensiones: 1) la prevención, y 2) el control. Dimensiones que deben encararse integralmente.

En el caso de la prevención se debe considerar qué ocurre en las vidas de las personas que delinquen. El objetivo es que eso no ocurra más en sus vidas. En general el punto central tiene que ver con lazos sociales, familiares y comunitarios. Cuando estos lazos son sanos y generan buenas expectativas de futuro hay menos propensión al delito.

En general, los problemas de lazos tienen relación con la pobreza, dado que en estos sectores no hay suficientes rutinas que fortalezcan esos lazos. Sin embargo, en la mayoría de los individuos donde no existen esos lazos no hay delito. Por tanto, estigmatizar la pobreza y sus problemas en el vínculo con el delito es un error, que lleva a cierta propensión al delito. Ponerle un muro a una villa por ejemplo, no va a mejorar la situación del delito, la va a empeorar (y los controles deberán ser más duros). La inclusión urbana de las villas (con un entramado de calles y transporte integrado), es un camino para mejorar los posibles lazos rotos dentro de la población villera, mientras que su aislamiento va a lograr el efecto contrario.

El abordaje preventivo debe ser encarado desde el centro a la periferia. Generando empleo, formalidad y propensión a las rutinas. Las mejores políticas de largo plazo para que la población de una comunidad esté en bienestar y esté incluida, con rutinas y lazos sociales, son las políticas económicas, dado que por el contrario la focalización en políticas (educativas, salud, vivienda, etc.) son paliativos antes que el combate del delito y sus causas desde la propia estructura económica.

En el caso del control no hay dudas que el trabajo requiere una red de policías de proximidad que eviten la manifestación de actos delictivos. Una vez ocurridos los delitos, tener en cuenta estas cosas ayuda a tratar a los individuos como carentes de derechos que no tuvieron antes, y no tanto como sujetos a duras penas que sólo reflejan el cinismo de cierta parte de la comunidad. Evitar penas duras, no implica que deban ser blandas, sino justas entendiendo estas cuestiones.


"En síntesis, la prevención comunitaria del delito debe ser parte fundamental de una política nacional de seguridad ciudadana que establezca como prioridad el reconocimiento de la necesidad de participación de la población en medidas vinculadas directa o indirectamente con la criminalidad. En este sentido, revalorar el compromiso de la ciudadanía en proyectos comunitarios tiene el potencial de generar o consolidar una cultura de vida democrática donde las soluciones a los problemas sociales no se establecen únicamente por medio del uso de la autoridad. De igual forma, el énfasis puesto a lo largo de este libro en el tema juvenil, ya sea desde la definición de la problemática de la violencia juvenil como desde la necesidad de reconstruir puentes de dialogo entre los jóvenes y los ciudadanos, no es casual. Estamos seguras que por medio de políticas inclusivas (que asuman a los jóvenes como parte del problema y de la solución) y preventivas se puede tener efecto en la disminución de la utilización de la violencia como medio de resolución de conflictos y potencialmente de la criminalidad.




Comentarios

Alcides Acevedo dijo…
Ahá muy interesante ¿te enteraste que el motochorro de la televisión está vinculado al Vatayón Militante?...

Hay otra cosa que me llama la atención: cuando se trata de cuestiones económicas los Nac&Pop sistemáticamente amenazan con prohibiciones, multas, controles y cárcel a comerciantes e industriales, por algún motivo (que desconozco) creen que se puede administrar la economía utilizando métodos policíacos, sin embargo cuando se trata de crímenes comunes apelan a razonamiento sofisticados.

¿a qué se debe? me interesaría mucho saberlo.
Hache dijo…
No sabía de ese delincuente, ni sé, y la verdad que Vatayon hace un gran laburo.

Dicho eso, es común que la militancia sume personas sin una vida cómoda, como la nuestra. Justamente por dónde laburan y porque es la forma de reconstruir lazos sociales, incluyendo, participando, regenerando rutinas. No tengo idea acerca de tu ejemplo, pero si fuera cierto, eso es parte del esfuerzo militante, y es muy valioso que así sea.

Lo anterior no quita que se aplique la ley si corresponde, guarda. Bah, no sé qué aclaro si supongo que no me entendes Alcides.

No entendes los dilemas sociales del capitalismo. O los entendes muy bien, que es lo mismo.
Alcides Acevedo dijo…
Ahá.... muy interesante ¿y qué pensás de la Ley de abastecimiento?
Digo: si para un empresario sirve aplicar el garrote no entiendo por qué a los delincuentes no se les puede aplicar el mismo criterio.
Tilo, 73 años dijo…
Es correcto tu criterio, Alcides. A los pobres habría que matarlos y si eso no es posible, al menos esconderlos detrás de un enorme paredón debidamente vigilado. Y así se podría prevenir cualquier futura desviación hacia el delito que tanto perjudica y molesta nuestras vidas.
Por otro lado, habría que derogar cualquier legislación que osara controlar a "la mano invisible del mercado" ya que sólo conspira contra la libertad, la democracia, el federalismo y la seguridad jurídica aunque reconozcamos que también complicaría aún más, si eso es posible, la situación de Budú.
Con un poco de sentido común y buena voluntad, podremos convertir a "este país" en un lugar decente y limpito, deshaciéndonos de algunos millones de indeseables.

Saludos

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