El Estado no es una familia, Sr. presidente
Preocupa mucho un presidente que dice cosas como ésta:
La familia de Mauricio Macri contó con un aporte millonario en dólares por parte del Estado conducido por la dictadura (gracias a un seguro de cambio, establecido por Cavallo y Melconian en 1981 desde el BCRA, que licuó deuda privada con costo para el Estado), cosa que demuestra crudamente que el Estado no es una familia, sino que decide qué familias (y sectores económicos, y clases sociales) ganan o pierden en cada momento.
El Estado no es una familia, porque un Estado no quiebra, se empobrece, no va preso, es condicionado por poderes de distinto origen y orden.
Una familia no tiene que cerrar juicios multimillonarios con acreedores extorsivos, como los buitres, no gestiona su economía con CEOs, no destruye el bienestar de sus hijos mediante la apertura y desprotección de su economía, no desregula el sistema financiero, permitiendo el ingreso de capitales golondrinas sin control, no quita la regulación a favor del crédito a PyMEs. Una familia no define el nivel de desempleo de sus miembros, mediante la protección o no del mercado interno. No define quiénes ganan y quienes pierden con cada decisión de política económica (devaluar 40% no es lo mismo que devaluar 20% ó 50%, ó 150%), una familia sin dudas busca que todos sus miembros estén lo mejor posible a la vez, no tiene mayores tensiones internas, como podría ser quitar retenciones al trigo para mejorar la rentabilidad de los exportadores, pero con efectos en los precios internos que castigan el consumo.
Dijo Macri sobre los impuestos que cobraba el Estado durante el gobierno anterior. En este blog argumentamos muchas veces que la inflación se produce en un escenario macro de disputa distributiva (con innumerables detalles en lo micro). Sin dudas que aumentar el nivel de impuestos al sector privado para una recaudación que es gastada sin ahorro por el Estado distribuye más que si se recaudase menos (con el agravante en términos distributivos con impacto en precios, que el déficit público es redistribución extrema, salvo que se use para fondear al sistema financiero o para subsidiar al sector más concentrado de los empresarios de la economía, cosa que no afectaría la distribución hacia la equidad).
¿Se puede detener la inflación en 2 años? Por supuesto, con políticas de concentración extrema del ingreso (o sea, con shocks inflacionarios rápidos, por ejemplo en el nivel del dólar, en bienes o en tarifas de servicios, etc), en un contexto donde el Estado no va a sostener el poder político del sector más débil de la relación entre el capital y el trabajo, es muy probable que en 2 años haya una inflación mensual anualizada de 1 dígito. Claro, eso va a ser posible en un contexto de menor consumo de los sectores más postergados, más pobreza, más desempleo, menos salario real del conjunto de la sociedad y mayores ganancias empresarias relativas de los sectores más concentrados de la economía, con una economía más endeudada, producto de un gobierno que tomará deuda para ir cubriendo los baches impositivos que vayan ocurriendo.
Así y todo, si al cabo de los 4 años de macrismo, la jubilación sigue llegando a 97% de los viejos, la AUH sigue llegando a todos los chicos con padres sin trabajo actualizada más o menos a la par de la inflación, y el desempleo no supera el 12%, el país será muy gobernable. No va a ser un país mejor, pero tampoco se vería la destrucción de los años 90s (más allá de que el paso del kirchnerismo al macrismo implique una crisis). Por eso, la oposición tendrá que apelar a una nueva forma de exponer con creatividad, los errores del gobierno si se quiere construir un país desarrollado.
Como fuere, un Estado tiene la capacidad de generar políticas contracíclicas para sostener el empleo, el mercado interno y la producción nacional. El Estado no debe pensarse como una familia.
"Un gobierno tiene que hacer lo mismo que una familia: gastar menos que lo que le ingresa todos los meses".
La familia de Mauricio Macri contó con un aporte millonario en dólares por parte del Estado conducido por la dictadura (gracias a un seguro de cambio, establecido por Cavallo y Melconian en 1981 desde el BCRA, que licuó deuda privada con costo para el Estado), cosa que demuestra crudamente que el Estado no es una familia, sino que decide qué familias (y sectores económicos, y clases sociales) ganan o pierden en cada momento.
El Estado no es una familia, porque un Estado no quiebra, se empobrece, no va preso, es condicionado por poderes de distinto origen y orden.
Una familia no tiene que cerrar juicios multimillonarios con acreedores extorsivos, como los buitres, no gestiona su economía con CEOs, no destruye el bienestar de sus hijos mediante la apertura y desprotección de su economía, no desregula el sistema financiero, permitiendo el ingreso de capitales golondrinas sin control, no quita la regulación a favor del crédito a PyMEs. Una familia no define el nivel de desempleo de sus miembros, mediante la protección o no del mercado interno. No define quiénes ganan y quienes pierden con cada decisión de política económica (devaluar 40% no es lo mismo que devaluar 20% ó 50%, ó 150%), una familia sin dudas busca que todos sus miembros estén lo mejor posible a la vez, no tiene mayores tensiones internas, como podría ser quitar retenciones al trigo para mejorar la rentabilidad de los exportadores, pero con efectos en los precios internos que castigan el consumo.
"No sólo fue el que más impuestos cobró en la Argentina, sino también nos llevó a la inflación de dos dígitos, a una de las más altas del mundo".
Dijo Macri sobre los impuestos que cobraba el Estado durante el gobierno anterior. En este blog argumentamos muchas veces que la inflación se produce en un escenario macro de disputa distributiva (con innumerables detalles en lo micro). Sin dudas que aumentar el nivel de impuestos al sector privado para una recaudación que es gastada sin ahorro por el Estado distribuye más que si se recaudase menos (con el agravante en términos distributivos con impacto en precios, que el déficit público es redistribución extrema, salvo que se use para fondear al sistema financiero o para subsidiar al sector más concentrado de los empresarios de la economía, cosa que no afectaría la distribución hacia la equidad).
¿Se puede detener la inflación en 2 años? Por supuesto, con políticas de concentración extrema del ingreso (o sea, con shocks inflacionarios rápidos, por ejemplo en el nivel del dólar, en bienes o en tarifas de servicios, etc), en un contexto donde el Estado no va a sostener el poder político del sector más débil de la relación entre el capital y el trabajo, es muy probable que en 2 años haya una inflación mensual anualizada de 1 dígito. Claro, eso va a ser posible en un contexto de menor consumo de los sectores más postergados, más pobreza, más desempleo, menos salario real del conjunto de la sociedad y mayores ganancias empresarias relativas de los sectores más concentrados de la economía, con una economía más endeudada, producto de un gobierno que tomará deuda para ir cubriendo los baches impositivos que vayan ocurriendo.
Así y todo, si al cabo de los 4 años de macrismo, la jubilación sigue llegando a 97% de los viejos, la AUH sigue llegando a todos los chicos con padres sin trabajo actualizada más o menos a la par de la inflación, y el desempleo no supera el 12%, el país será muy gobernable. No va a ser un país mejor, pero tampoco se vería la destrucción de los años 90s (más allá de que el paso del kirchnerismo al macrismo implique una crisis). Por eso, la oposición tendrá que apelar a una nueva forma de exponer con creatividad, los errores del gobierno si se quiere construir un país desarrollado.
Como fuere, un Estado tiene la capacidad de generar políticas contracíclicas para sostener el empleo, el mercado interno y la producción nacional. El Estado no debe pensarse como una familia.
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